Más de la mitad de la población mundial será clasificada como obesa o con sobrepeso para 2035 si no se toman medidas, advirtió la Federación Mundial de Obesidad. La situación afectará a más de cuatro mil millones de personas verán afectadas, y las tasas amentarán más rápidamente entre los niños, dice este informe.
Mañana sábado 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad (DMO), una cita que sirve para llamar la atención sobria sobre el creciente impacto de esta fermentación a nivel sanitario, social y económico. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de la obesidad en gran parte de los países europeos (España incluida) se ha triplicado desde 1980 y se estima que en los países europeos más del 70% de los adultos tienen un exceso de peso no saludable. Si se mantienen las tendencias actuales, esperamos que para 2030 más de la mitad de la población europea tenga obesidad.
La presidenta de la federación, la profesora Louise Baur, calificó el logro del informe como un claro anuncio a los países que actúen ahora o se arriesguen a sufrir repercusiones en el futuro.
El documento destaca las crecientes tasas de obesidad entre niños y adolescentes, y espera que las tasas se redoblen con respecto a los niveles de 2020 entre niños y niñas.
El problema resulta especialmente grave si se sostiene que, por ejemplo, la obesidad reduce la expectativa de vida de forma equivalente al tabaquismo y se sitúa como la quinta causa de muerte en el mundo, según pone de manifiesto en el World Obesity Atlas. 2023.
Baur advirtió que la tendencia era “particularmente preocupante” y agregó que “los gobiernos y los formuladores de políticas de todo el mundo deben hacer todo lo posible para evitar pasar los costos de salud, sociales y económicos a la generación más joven mediante la evaluación de los sistemas y los factores fundamentales que contribuyen a la obesidad.
En España, ante esta situación la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) planteó una serie de principales requisitos, recomendaciones y pautas de actuación presente y futura.
Los profesionales de la salud pueden marcar la diferencia en el tratamiento adecuado de la obesidad
Sobre todo, como destaca la presidenta de esta sociedad científica, María del Mar Malagón, “es fundamental que se consozca a la obesidad como una enfermedad crónica, que interviene en el desarrollo de numerosos factores de riesgo para la salud y la aparición de otras enfermedades crónicas, pero que es prevenible y tratable”.
Según el máximo representante de SEEDO, era “indispensable tener un plan nacional y europeo de obediencia, pero si se sostiene en esos casos que hay mucha Europa que puede beneficiarse de un tratamiento médico cuidadoso para la obediencia y sin pérdida de recibir” .
Los efectos de la prevalencia de la obesidad en los países de bajos ingresos también destacan en el informe. New de los 10 países con los mayores aumentos esperados en la obesidad a nivel mundial son estados de ingresos bajos o medios-bajos en África y Asia.
Las áreas incluyen tendencias en las preferencias dietéticas hacia alimentos más procesados, mayores niveles de comportamiento sedentario, políticas más débiles para controlar el suministro y la comercialización de alimentos, y servicios de atención médica con menos recursos para ayudar en el control del peso y la educación par la salud.
Dos personas con el mismo peso y talla, pueden tener una distribucion muy diferente de su tejido adiposo Archivo
Salir de la esclavitud del ‘pesocentrismo’
La obesidad no es una elección ni una enfermedad moral. Una persona no escoge sufrir obesidad, la obesidad es quien te escoge. En el desarrollo de esta enfermedad existe un importante componente genético, que puede estar asociado al estrés, a las pocas horas de sueño, a los contaminantes ambientales y a otros factores externos.
Según el coordinador del grupo de Psicología y Obesidad de la SEEDO, Antonio Alcántara, “para impactar de forma positiva en la salud mental de estas personas debemos dejar de atribuirles la culpa de su exceso de peso: desculpabilizar a los pacientes con obesidad es basico para la salud mental de todos”.
Por otra parte, Alcántara animó “a salir de la esclavitud del ‘pesocentrismo’ y priorizar el concepto de ‘morfuncionalidad’”. Y es que dos personas con el mismo peso y talla, pueden tener una distribución muy diferente de su tejido adiposo.
Además, «la pérdida de educación y formación de los médicos, y de otros profesionales sanitarios, es una de las principales barreras para llevar a cabo un cabo a cuidado y un tratamiento eficaz de la obesidad», resume Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO, que considera que “los profesionales de la salud pueden marcar la diferencia en el tratamiento adecuado de la obesidad, adquiriendo un mayor conocimiento sobre la enfermedad y sobre todas las circunstancias que la rodean”.
A ello hay que sumar que hasta un 75% de los europeos que viven con obesidad no reconocen que tienen esta fermedad.
Los países de bajos ingresos son “a menudo los menos capaces de responder a la obesidad y sus consecuencias”.
Los hallazgos estiman que los aumentos en la cantidad de obesidad en todo el mundo tienden a tener un impacto significativo en la economía global, equivalente al 3% del Producto Interno Bruto global.
El informa enfatiza que su reconocimiento del impacto económico de la obesidad “no es de ninguna dará lugar a un reflejo de la culpa de las personas que viven con obesidad”.
Obeso es un término médico que se usa para describir a una persona con un alto exceso de grasa corporal. El informe utiliza el índice de masa corporal (IMC) para realizar sus evaluaciones. El IMC se calcula dividiendo el peso de un adulto por el cuadrado de su altura.