el sistema de pago registra fallas en librerias y cines

Miquel Iceta se ha cuidado mucho de calificar la implementación del bono cultural joven como un éxito. En una ocasión, incluso dijo que “el juicio lo debe dar la sociedad”. Cosa rara entre políticos, acostumbrados a presumir de logros, y más aún tratándose de la medida estrella del Ministerio de Cultura para esta legislatura. Lo cierto, y el propio ministro lo reconoce, es que esta tarjeta de 400 euros destinada a los jóvenes de 18 años para invertir en cultura ha sufrido todo tipo de contratiempos desde que fuera anunciada: trabas administrativas, problemas técnicos, quejas de los chicos. .. Y cuando parecía que todo estaba encauzado, ahora son las empresas las que avisan de un nuevo obstáculo: el deficiente funcionamiento de la plataforma de pago.

Asociaciones de libreros y exhibidores cuentan que a mediados de octubre, cuando se obtuvieron à repartir los primeros ‘bonos’ entre los beneficiarios, los libreros y las salas de cine detectaron que los datos no reconocían las tarjetas monedero distribuidas por el Gobierno. “Ha habido un poco de incertidumbre porque cuando terminó la prórroga para que los chavales se inscribieran y ya se pudieran gastar el dinero, pocas librerías estaban aceptadas. Y luego ocurrió el problema de los datáfonos, que no estaban correctamente dados de alta, con lo que no se podía cobrar”, apuntan desde la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal), que agrupa tiene 1.100 librerías. “Lo que ocurrió es que el banco surgió en los datos unos dígitos de control que no deberían ir, y eso era lo que provocaba el error. Tuvimos que revisar caso por caso con los cines para corregirlo”, añade desde la Federación de Cines de España (FECE), que supone 2.800 pantallas de toda España.

Un día de hoy, aseguran ambas asociaciones, este problema está resuelto, o casi. “Al principio nos reportaban incidencias todos los días. Ahora tiene solo sus casos puntuales”, señala FECE. “La mayoría de las librerías pueden hacer el cobro, pero sigue teniendo problemas porque las tarjetas de los chicos no funcionan del todo bien”, explicó Cegal. Charo de Pablo, de la librería Pasajes (Madrid), dice que aún no ha podido hacer ninguna operación; el último intento fue el pasado lunes. Aldo García, de la librería Antonio Machado (Madrid), donde Iceta presentó en julio el bono cultural, todavía sigue a la espera de que le acepten como entidad colaboradora: “Tendría que haber estado activado a finales de agosto. A mediados de diciembre seguimos así. No somos los únicos”.

Cultura, no obstante, defiende que el bono “está funcionando bien y los jóvenes están realizando sus compras en las empresas adheridas”. Sobre los problemas con los datáfonos, señala que las empresas deben aportar los datos de sus terminales de venta: el pago se realiza efectivamente”. En esta primera edición solo el 58 por ciento de los jóvenes beneficiarios se han dado de alta. Iceta ha reservado otros 210 millones de euros en 2023 para una iniciativa que Italia -pionera junto a Francia- quiere retirar. Ayer asume que el gobierno de Meloni pretende destinar esa partida a otras iniciativas culturales.