Rusia está respondiendo a las sanciones impuestas por Europa como consecuencia de la invasión a Ucrania. Y su mejor baza contra occidente es la energía. El Kremlin distribuye gas, entre otros muchos recursos, a buena parte del continente. Un recurso preciado que ya ha dejado de suministrar a Países Bajos, Finlandia, Polonia y Bulgaria.
En Alemania se dice que esta medida también se lleve a cabo en su territorio. Una decisión que tenga unos resultados nefastos, pues el país germano es uno de los mayores dependientes de los recursos rusos. Uno de los principales miedos de los alemanes es que todo déemboque en un gran apagón y, por tanto, en una crisis de déabastecimiento.
Varios países ya han planificado estrategias de respuesta en estos últimos meses, como es Austria.
En este caso, se ideó una final de 2021, cuando la guerra en Ucrania no había estallado todavía, pero los precios de la energía ya comenzaban a sufrir considerablemente.
Orientado en las ideas de sus vecinos austríacos, el Gobierno teutón también ha difundido un plan con el que poder a hacer frente a un gran apagón. De hecho, el Ejecutivo de Olaf Scholz ya llamó a la población a principios de junio de hacer acopio de agua y alimentos ante una posible crisis de suministros. La recomendación especificó que los comestibles almacenan alemanes por un mínimo de diez días.
En el caso de los alimentos, también se sugiere que no perecederos o que tuviesen una fecha de caducidad lo más prolongada en el tiempo, como por ejemplo arroz, legumbres o pasta que se conserven en lata.
Respecto al tema energético, Alemania aconseja hacerse con generadores móviles, aunque para su uso también se necessita de gasolina, por lo que también es recomendable guardar garrafas de este combustible, que también puede agotar debido a que muchos ciudadanos se verían obligados a huir del país debido a la delicada situación.
Ante posibles motines derivados de este supuesto gran apagón, las autoridades alemanas también trabajan en el refuerzo de sus cuerpos de seguridad.
