El Pirandello “más agudo y humorístico” llega al Teatro Español

julio bravoSEGUIR

“Pirandello tenía que estar en la sala principal del Teatro Español”, dice Natalia Menéndez, su directora, para justificar -o para explicar, más bien- el estreno de ‘Esta noche se improvisa la comedia’, la obra del autor italiano que, bajo la dirección de Ernesto Caballero, se estrena hoy en el coliseo de la plaza de Santa Ana. Felipe Ansola, Jorge Basanta, Natalia Hernández, Joaquín Notario, Paco Ochoa, Ana Ruiz personajes y Ainhoa ​​Santamaría compusieron el reparto de esta comedia, texto final de la Trilogía del teatro escrito por Pirandello (las otras dos obras son ‘Seis en busca de un autor’ y ‘Cada cual a su manera’). “Es la más aguda y la que posee mayor humor de las tres”, asegura Caballero, autor de la versión.

Estrenada en Turín (Italia) el 14 de abril de 1930 bajo el título ‘Questa sera si recita a soggetto’, la obra cuenta la historia de un director excéntrico, el Dr. Hinkfuss, «que se ha propuesto innovar la escena obligando a los actores a improvisar frente al público la trama de un cuento de Pirandello”.

El director y los siete actores coinciden en señalar que ‘Esta noche se improvisa la comedia’ es «un homenaje al teatro y al juego de espejos que es el escenario». “La obra emplea el teatro como metáfora -dice Caballero-; habla de los límites entre la ficción y la realidad, ahonda en ello de un modo muy lúcido. También juega con la contradicción entre lo escénico y lo literario”.

fascinación y rechazo

Luigi Pirandello (1867-1936) sintió al mismo tiempo, explicó Ernesto Caballero, fascinación y rechazo por la figura emergente del director de escena, “por esa creación paralela que supone el trabajo del director”, y eso se expresa en la obra. “El teatro es movimiento, imprevisibilidad, procesos provisionales -dice Caballero-, pero la obra artística siempre tiene algo de foto fija; una infructuosa pretensión de fijar, de aprehender y sublimar la propia vida. In this contradicción se désenvuelve esta farsa cuyo procedimiento remonta a las Comedias de Improviso de la antigua Comedia dell Arte. Hinkfuss quiere hallar un compromiso entre estas dos dimensiones e, irremisiblemente, la lía. La vida, literalmente, se escapó del guión. La paradoja estriba en la que cuanto más vida se produce, menos obra va quedando”.

El cuento sobre el que Hinkfuss propone la improvisación a sus actores, ‘Addio, Leonora’, es una historia de celos que transcurre en una localidad siciliana y en la que el mundo de la ópera juega un papel relevante (su título es una frase de un aria de ‘Il trovatore’, de Verdi). Caballero sitúa en la época del estreno de la obra la ‘representación’ de ese cuento, pero en la función la línea que parara la ficción de la realidad es muy fina, con momentos en los que no se sabe si los actores están siguiendo el texto o están improvisando.

“Pirandello deja muchas puertas abiertas para ello”, dice Caballero, que ha intentado en su versión maintener el espíritu del autor más que la propia letra. “Versionar es como restaurar un cuadro; lo que pretendió es conservar la intención de Pirandello, y al mismo tiempo establecer puentes hacia la actualidad. Para ser fieles a los clásicos deberíamos tener al público de su época, y más en esta función, que la hace el público”.

Actuar la no actuación

“Actuar la no actuación” ha sido, asegura Paco Ochoa, nuestro gran reto. Y es que los actores oscilan entre ellos mismos y sus personajes. “Nuestro triple salto mortal es conseguir que al menos Durante un segundo se dude de si estamos actuando o improvisando”. “Los personajes propios -añade Caballero- se preguntan por los límites de la actualización. En ‘Esta noche se improvisa la comedia’ son los actores los conservadores, reclaman un ‘teatro de toda la vida’, frente a un director que quiere revolucionar el arte teatral”. “Es un señor que intentó comunicar sin legar una comunicación nada -dice Joaquín Notario, que encarnaba a un Hinkfuss-. Reivindicando un ‘teatro sin límites’, que es el lugar desde donde ahora partimos”.

«Nuestra versión, pues -concluye Caballero-, se entrega entusiasta a la ceremonia de la confusión de planes que planta la comedia, al tiempo que resalta el hecho de que vivimos una ‘realidad’ que ya ha dejado de sorprenderse por las paradojas filosóficas del autor italiano; una sociedad que ha asumido el experimento del doctor Hinkfuss hasta el punto de percibir como algo natural el carrusel permanente de personajes que proyectamos tanto en la esfera pública como en la privada; natural también el narcótico combinado de ficción y realidad que día a día nos entree al tiempo que nos va alejando de la posibilidad del discernimiento entre lo facto y su interpretación. Porque más engañosas siempre son las media verdades”.