El martillista Sergey Litvinov confiesa su dopaje y señala al sistema ruso

Otra vez el dopaje. La mentira del deporte, aquello de lo que no hablamos. Y vulven los lanzadores de martillo de la órbita soviética, con sus enigmas, sus muertes no explicadas, no investigadas, demasiado tempranas. Sergey Litvinov, medallista de bronce en los Europeos de 2014, confesó a los jóvenes en Facebook: “Me dopé en 2012. Tomé dos anabolizantes prohibidos, Oral-Turinabol y Oxandrolon. Lo hice en abril y mayo, para intentar clasificarme para los Juegos Olímpicos. Me beneficié del sistema de Rusia, de su falta de control sobre el dopaje”.

El dopaje de Litvinov, su repentina confesión, parece arrojar algo más de luz sobre las extrañas muertes de Sedykh, Nikulin, Tamm… y su propio padre, también llamado Sergey Litvinov. Los cuatro dominaron el lanzamiento de martillo a nivel mundial, de forma absoluta, en los años ochenta, y todos han desaparecido sin alcanzar los 70 años de edad. La sombra del uso crónico de esteroides anabólicos, sus efectos a largo plazo, el daño ocasionado a los tejidos, plana sobre los fallecimientos de estos medallistas olímpicos, auténticas leyendas del cable y la bola de acero de siete kilos y cuarto.

“A la larga, los efectos secundarios de los anabolizantes aparecen, y para mal”, declaró a ABC Javier Cienfuegos, el actual campeón de España de lanzamiento de martrillo, “y puede ser que esos fallecimientos estén relacionados, con su uso, sí” . El atleta extremeño recuerda que compitió contra Sergey Litvnov el hijo, el que se ha decidido esta semana a confesar su dopaje. “Competir varias veces contra él. Lanzaba bien, tuvo buena escuela. Siempre se interesaba por all, dressing con él en Alemania, cuando ya se había retirado, un tipo muy simpático”.

Litvinov confiesa que sus lanzamientos mejoraron dos metros después de tomar los anabolizantes. “Es curioso porque el martillo volaba muy lejos, incluso sin utilizar una buena técnica, sin notar esa gran sensación que te dan los lanzamentos largos”. ¿Por qué se ha decidido ahora Litvinov a confesar su dopaje? ¿Han influido las muertes de su padre y de sus compañeros? El propio Sergey lo ha explicado con sinceridad, con humildad, con arrepentimiento. “Es verdad que la Federación Rusa de atletismo me presionó aquel año para doparme, pero todo fue culpa mía, fue mi decisión. Y quiero pedir perdón a la comunidad, al mundo del atletismo”. La Agencia Mundial Antidopaje ha eliminado todos los resultados de las competiciones que se disputaron entre julio de 2012 y febrero de 2016. También le han retirado su bronce europeo, que ha pasado a manos del bielorruso Kryvitski. La ironía es que Krivitsky también fue sancionado en 2015. Dio positivo por hormona de crecimiento.