“El daño psicológico es el que más tarde en curarse”

Estaba centrado en su trabajo, con la guardia baja, y sufrió una agresión que le ha marcado de por vida. “No me dio tiempo a decir nada, me pegó un puñetazo, me tiró al suelo y empezó a darme patadas en la cabeza y en el pecho”. La doctora Victoria Muñoz, que trabaja en Ciudad Real, pone rostro a los 843 médicos que fueron agredidos en 2022, 231 casos más que en el año anterior, lo que supone un aumento del 38 por ciento. Así lo tomó nota de los últimos datos del Observatorio contra las Agresiones elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) correspondientes a 2022. regístrese en el ámbito de la Atención Primaria.

Muñoz fue agregada durante una guardia por un paciente que quería ver a su madre y que, según relata, no tenía permiso. La pilló desprevenida, no lo esperaba. “En una guardia nos avisó enfermería porque un quería ver a su madre y no tenía las visitas permitidas”. “Cuando bajamos a hablar con él, directamente me agredió, no me dio tiempo a decir nada, me pegó un puñetazo, me tiró al suelo y empezó a darme patadas en la cabeza y el pecho”, explicó la víctima.

La facultativa relacionada también con su bloque emocional tras la “agresión brutal”. “En ese momento no sientes nada. Se blocka todo y la mente y el cuerpo se quedan en blanco”. Fue entonces, dice Muñoz, que “al entrar en ese estado neutral llamé a la policía nacional y esperé a que viniesen. Estás bloqueado y con poca capacidad de hacer más». Tras contactar con los agentes, la facultativa acudió a los servicios de urgencias. Allí le extendieron una parte de lesiones y, según apunta, continuó con la guardia. “Al acabarla flu a la comisaría a poner una denuncia”, asegura.

Los hechos ocurrieron en julio de 2022, en plena pandemia de Covid-19. “Había poca gente en ese momento y yo tampoco conté mucho. Mis compañeros fueron los que más me apoyaron sobre todo porque verificaron el estado del paciente donde era plenamente consciente y lo dejaron por escrito”, señala durante la entrevista.

La agresión le pasó factura, sobre todo a nivel psicológico. “El primer año fue malo, cuando tenía que hacer guardias y sobre todo llegaba la noche, tenía mucha ansiedad, pesadillas y de vez en cuando me llegaban sensaciones del golpe”, confiesa Muñoz.

“El miedo a la noche no se me quita”

Todavía arrastra esas secuelas. “Cuando fidgeted algún paciente lo sigue pasando mal. Y el miedo a la noche no se me quita. Pedí cambio de dispositivo a consultas externas porque iba a trabajar con mucha ansiedad”, afirma.

En Ciudad Real existe el Plan Perseo para actuar frente a este tipo de agresiones dentro del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam). Para la doctora Muñoz “aparte de dotar con más personal de seguridad, también se debería contar con el apoyo a nivel de salud mental. El daño que produce una agresión no es solo físico, también psicológico y ese daño es el que más tarda en curarse».

En su testimonio, Muñoz expresó “todo mi agradecimiento a la Policía Nacional, se portaron con mucha delicadeza, sobre todo el Inspector Joaquín, de verdad que en seguida se personaron en el hospital y se portaron muy bien”.

Para prevenir y acabar con las agresiones a los sanitarios, anima a posibles víctimas a que denuncien. “Denunciad, que es nuestro derecho y que nadie se merece ningún tipo de agresión. El denunciar no nos hace débiles ni menos válidos. No hay que hacerse el valiente en estos casos”, subraya la facultativa. Reclama, similar, más personal de seguridad. “Son imprescindibles en el día a día, son nuestros ángeles de la guardia de manera literal”, concluyó.

Un 43 por ciento de los episodios en la Primaria

Según los datos del Observatorio contra las Agresiones de 2022, presentado por el CGCOM con motivación de la celebración, el pasado 12 de marzo, del Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, los profesionales de la Atención Primaria sufrieron el 43 por ciento de los casos, una cifra «concerning teniendo en cuenta el contexto del Sistema Nacional de Salud de España, que adolece de una falta de profesionales para esta rama que resuelve el 80 por ciento de los problemas sanitarios que nacen a la ciudadanía», señalan desde y CGCOM. Le siguen, por número de agresiones, los hospitales con un 27 por ciento de los casos, seguido de los servicios de Urgencia en hospitales (9 por ciento) y las Urgencias de Atención Primaria (8 por ciento).

Respecto al tipo de agresiones, el 47 por ciento corresponde a insultos y vejaciones, el 37 por ciento a amenazas y coacciones y el 16 por ciento a lesiones, de las que el 73 por ciento fueron psíquicas y el 27 por ciento físicas. La mayoría de agresiones registradas corresponden al servicio de asistencia en los centros de salud, donde más de la mitad se producen por discrepancias con la atención médica (53.2 por ciento), seguidas, en menor medida por las discrepancias con el personal (13, 8 por ciento) y con las recetas propuestas (12.4 por ciento), así como aquellos casos relacionados con la incapacidad temporal (10.6 por ciento) y los informes no acordes con las pretensiones de los pacientes (9.9 por ciento ).

La mayoría en saneamiento público

Respecto a la tipología del centro en el que se han producido las agresiones en el año 2022, mantiene datos similares a los de años anteriores con una clara preponderancia del servicio sanitario público (89 por ciento) frente al privado (11 por ciento). Por otra parte, prácticamente la mitad de los agresores eran pacientes programados (48 por ciento) frente a los no programados (28 por ciento) y los acompañantes (25.4 por ciento). En última instancia, el estudio también destaca el aumento de los profesionales que reciben apoyo en su centro de trabajo, con un 67 por ciento del total de los sanitarios afectados por las agresiones.

Cerca de 6,000 médicos han sufrido algún tipo de agresión durante su ejercicio profesional desde que hace 11 años el Observatorio Nacional de Agresiones del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos comenzará a registrar casos de violencia, agresiones verbales, insultos o amenazas a quienes cuidan de la salud a los ciudadanos.