el colosal imperio con el que fantasea el zar del siglo XXI

Lo suyo es más que un anhelo efímero o el capricho infantil de una noche de verano. Vladimir Putin juega desde hace una década una partida de ajedrez estremecedora. Su último movimiento, que huele a la efectiva ‘Blitzkrieg’ de Adolf Hitler a leguas, ha sido la ruptura de la frontera ucraniana y la llegada a toda máquina hasta Kiev; pero la symfonía no es nueva y resonó ya en Crimea allá por 2014. Ahora, ocho años y una pandemia después, hay un término que repite en todo el orbe: Gran Rusia. Ese ente confuso y difuminado que se ha convertido en El Dorado del antiguo miembro de la KGB.

contra la URSS. Por cercanía histórica y por haber pasado una Guerra Fría hace un suspiro. Sin embargo, José M. Faraldo, experto en historia del país y autor de obras como la reciente ‘Contra Hitler y Stalin’ (Alianza), destruye mitos y reconstruye realidades. En declaraciones a ABC, el también profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Complutense confirmó que, si optara por elegir un período al que asociar este término, ese sería el Imperio ruso. Aquel que fue alumbrado con Pedro I en 1721 y fue extinguido a golpes en 1917. Así, Putin tendrá más de zar del siglo XXI que de camarada supremo.

Además de la máxima expansión, la mole imperial ocupaba 22.800.000 kilómetros cuadrados y se extendía más allá de la costa negra en Vladivostok, en las costas de Japón. Sus dominios abarcaban Finlandia, la misma Rusia, los Países bálticos, Ucrania, Bielorrusia, Polonia, Besarabia (en Moldavia), Valaquia (hoy part of Rumanía), el Cáucaso, la Armeniaturca, determinadas regiones de Asia Central (Kazajistán, Turkmenistán, Tayikistán , Kirguistán y Uzbekistán) y Alaska. Era, en la práctica, el país más extenso del mundo.

El mayor peligro ronda en torno a pays como Polonia. “En la época de los zares, estaba dividida en tres partes que pertenecían de forma respectiva a Prusia, Austria-Hungría y Rusia. As the mayor era la rusa, allí se considera una región histórica”, añade el experto. Aunque parezca un golpe de mano poco plausible, podría el país perder ante la OTAN desde 1999, especialmente pensar en carros de combate T-14 Armata pisando el territorio.

En todos los casos, lo que tiene claro el profesor es que el zar del siglo XXI no busca emular a la URSS. En primer tiempo, ha sido contactado con algunos territorios en Asia Oriental. “No tengo claro que sean de su interés”, explicó. Tampoco porque Putin busque rascar en el pasado bolchevique más ideológico a la hora de forjar el nuevo imperio con el que sueño. En 2014, el presidente elaboró ​​un artículo titulado ‘Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos’ en el que cargaba cual toro bravo contra la idea de autodeterminación de los pequeños pueblos esgrimida por Vladímir Ilich Uliánov.

“Lenin implementó un plan para formar una federación de repúblicas iguales. El derecho de las mismas a separarse libre se incluye en el texto fundacional. Al hacerlo, se puso en los cimientos de nuestro estado una bomba de relojería que explotó cuando el partido colapsó desde de dentro”, escribió.

Otra visión

Putin sigue la doctrina ideada por Leónidas Brézhnev. El que fuera líder soviético en los sesenta se mostró partidario de que las repúblicas de la URSS no eran soberanas y debería rendir cuentas ante la gran madre Rusia. «Cuando las fuerzas interiores y exteriores al tratar el socialismo de orientar la evolución de un país socialista empujándolo hacia la restauración del capitalismo, esto es objeto de preocupación para todos los Estados», esgrimió. Esta mentalidad se debió a que la Unión Soviética impidiera en sus regiones satélites de Europa Central entrar en el Plan Marshall. Aunque también, y en palabras de Faraldo, aprueba “la invasión de Checoslovaquia cuando esta pensaba apostar por un socialismo más aperturista”.

Este paternalismo se relaciona con el imperio de los zares. «En el ideario nacionalista del siglo XIX, pueblos como el ucraniano o el bielorruso formaron la Pequeña Rusia: poco desarrollados, llenos de campesinos… La Gran Rusia, como un gran hermano, debía protegerlos», finaliza el experto.