El clima climático empeoró la mayoría de las enfermedades infecciosas

El zika, la malaria, el dengue o el ébola forman parte ya de una larga lista de enfermedades infecciosas que han visto agravadas por el clima. En concreto, si un estudio público es uno de ‘Naturaleza Cambio Climático’, el aumento de las temperaturas, las inundaciones, las lluvias torrenciales o los incendios, entre otros fenómenos, pueden aumentar el riesgo y el 58% de los contagios conocidos.

Tras el reciente ejemplo de la pandemia del Covid-19, un equipo de investigadores de la Universidad de Hawái decidió analizar cómo los efectos del clima climático podrían influir en los encerrados provocados por virus, bacterias, animales, hongos, protozoos y plantas. Analizaron más de 70.000 artículos científicos en busca de casos empíricos y los encontrados: hasta 218 enfermedades (de 375) se han visto agravadas en algún momento por al menos un peligro climático.

¿Cómo ocurre? Los investigadores encontraron mil formas distintas. Por ejemplo, el aumento de las temperaturas es aumentar los territorios que tienen un clima favorable para los animales que las transmiten. Se han encontrado mosquitos, garrapatas, pulgas, aves y diversos mamíferos implicados en el dengue, chikungunya, peste, infección de Lyme, virus Nilo, zika o malaria en zonas donde no eran enfermedades endémicas.

También los desastres naturales agravados por el clima climático han desplazado a mil personas, aumentando su contacto con los patógenos. Tormentas, inundaciones y aumento del nivel del mar, por ejemplo, provocaron desplazamientos que después registraron casos de leptospirosis, fiebre de Lassa, gastroenteritis, cólera, fiebre tifoidea y hepatitis, entre otros.

demasiados números

La gran cantidad de formas en las que las enfermedades infecciosas se están viendo agravadas muestran la “capacidad limitada para la adaptación” de la sociedad, dicen los investigadores. “Destaca la urgente necesidad de trabajar en la fuente del problema: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, aseguran.

Según los autores, los peligros climáticos también han mejorado aspectos específicos de los patógenos. Sería el caso del virus del Nilo, para el que el calentamiento ha hecho que se contagie más fácilmente: ha mejorado la supervivencia de los mosquitos transmisores, la tasa de picadura y también la replicación viral.

Mientras los patógenos ven mejorados las condiciones para su transmisión y supervivencia, ocurre lo contrario con los seres humanos. Exponerse a una meteorología adversa puede perjudicar las condiciones de vida, dañando la infraestructura, forzando la exposición a patógenos y reduciendo el acceso a la atención médica. Una sequía, por ejemplo, puede fomentar deficiencias en la calidad del agua.

“Sabíamos que el cambio climático podría afectar a las fermedades infecciosas”, dice la coautora Kira Webster en una nota de la Universidad de Hawái. «Sin embargo, a medida que crecía nuestra base de datos, nos fascinaba y nos angustiaba la abrumadora cantidad de estudios de casos disponibles que ya muestran cómo de vulnerable nos estamos volviendo a nuestras crecientes emisiones de gases de efecto invernadero».