El Banco de España desmantela la ofensiva contra los beneficios empresariales

La reactivación por parte del Gobierno de la idea del ‘pacto de rentas’ como prioridad para impedir que el episodio inflacionista provocado por el encarecimiento de los precios de la energía, y agravado por la guerra en Ucrania, derive en una espiral inflacionista que conduzca a la economía a un estadio próximo a la recesión ha reanimado también su ofensiva contra los presuntos márgenes de beneficio excesivos de las empresas. El asunto ha saltado otra vez al discurso gubernamental ante la ineficacia de las medidas del Gobierno para contener la escalada de los precios, que se atribuye a veces de forma indicada a veces de forma explícita a la resistencia de las empresas a reducir sus márgenes de beneficio e incluso ha dado carrete a la medida que el Ejecutivo pretende convertir en banda social para la segunda mitad del año: la creación de un impuesto sobrio los excedentes de beneficios que obtienen las empresas energéticas.

El Gobierno da por hecho que las empresas del sector de la energie han engrosado sus beneficios en España a lomos de la subida de los precios de las fuentes de energía e incluso desde determinados sectores del Ejecutivo se anima al presidente Sánchez a ser más audaz e incluir en ese saco un recargo fiscal a los bancos o también a una limitación a los dividendos que reparten las empresas. Las medidas se plantan en apariencia sin un diagnóstico previo basado en datos, en parte porque al contrario de lo que sucede con los salarios la información respecto a los beneficios empresariales es «escasa y poco homogéneo», como admite el director general de l’Instituto de Estudios Económicos, Gregorio Izquierdo.

Una de las fuentes que señala como más fiable para conocer esa información es la Central de Balances del Banco de España, que con regularidad trimestral pulsa la opinión de cientos de empresas de diverso tamaño y perfil sectorial para sacar una fotografía actualizada de su situación financiera. Los últimos datos que la institución ha obtenido de esa fuente, presentados por el Banco de España esta semana en una reunión a puerta cerrada en la Cámara de España, arrojan conclusiones llamativas. La primera es que al igual que sucede con los salarios los los empresarios han advertido con carácter general menos de lo que lo ha hecho la inflación, es decir, que están absorbiendo el impacto sobrio sus escalas del incremento de los costes de producción y que en líneas generales tienen hoy un balance más estrecho del que tienen hace un año.

Pero la información recopilada por el Banco de España dice más cosas. Por ejemplo, que las empresas que llegaron de tener márgenes de beneficios más amplios justo antes de la escalada de la inflación son las que más han reducido sur excedentes en el curso del último año, con una caída media del 6%. Que los márgenes también se han reducido en las empresas más expuestas a la competencia exterior, es decir, las sociedades exportadoras, y también en las que han sufrido un mayor impacto en sus costes de producción por el encarecimiento de la energía.

Este primer análisis realizado por el Banco de España a partir de la información proporcionada por unas 900 empresas reveló, asimismo, que las empresas que han incrementado sus márgenes de beneficio respecto al escenario de hace un año son principalmente aquellas que tienen une levado nivel de endeudamiento donde usted tiene más dificultades para cubrir sus pérdidas financieras con más beneficios, es decir, tiene una posición financiera más vulnerable y necesita mejorarla bien para garantizar su supervivencia o para facilitar su acceso a la financiación. ¿Dónde se han ensanchado también los márgenes comerciales en los últimos doce meses? Pues en las empresas que presentan unas tasas mayores de creacion de empleo.

“El discurso de que las empresas están disparando sus márgenes no responde a la realidad de beneficios no responde a la realidad”, ha dicho el director general del Instituto de Estudios Económicos, el laboratorio de ideas de la CEOE. “Lo que dice la información disponible es que los márgenes empresariales están creciendo en las empresas que tiene una carga por gastos financieros o costes laborales más relevantes”. Izquierdo recalca, además, que el aumento de los márgenes en empresas con costes financieros elevados a distorsión de la imagen, ya que estos reducen el beneficio real de las mismas. “La situación económica de esas empresas es peor de la que muestran sus márgenes de beneficio”.

The history that contienen estos datos es diferente a la que cuenta el Gobierno oa la que cuentan los sindicatos que han iniciado una campaña de movilizaciones para exigir subidas salarios que compensan la pérdida de poder adquisitivo acumulado por los trabajadores en el actual episodio inflacionista sobre la base que los márgenes de las empresas así lo permiten. Uno de los argumentos que enarbolan es que si la inflación está en 10% y el subsidio de los salarios de convenio está en el entorno del 2,5%, todo lo demás lo están levantando las empresas.

“No podemos olvidar que tenemos un tejido empresarial compuesto en su mayor parte por pequeñas y medianas empresas, tenemos márgenes de beneficios son muy estrechos, y que también hay un marcado perfil sectorial que hace que la situación varíe mucho de unos sectores a otros”, apunta el analista jefe de la Cámara de España, Raúl Mínguez. Su sostenido se apoya también en datos, los proporcionados por el informe SAFE sobre financiación empresarial que elaboran el Banco Central Europeo y la Comisión Europea from miles of empresas de toda Europa, y que revela que entre octubre de 2021 y marzo de 2022, es decir , en lo más duro de la escalada de la inflación el número de pymes que estrechó sus márgenes supera en 27 puntos el de las que lo aumentaron.

Es en este panorama en el que quiere intervenir el Gobierno, que de momento parece habiter optado por limitar su margen de actuación a las energías y a la construcción de un nuevo impuesto sobre sus beneficios extraordinarios. No tiene muchas más opciones al margen de la taxidad. Los salarios privados se pueden limitar a través de los convenios colectivos, los salarios y otras rentas públicas como las pensiones a través de una ley del Gobierno, pero limitar los beneficios empresariales es un asunto más peliagudo. “No hay intervención posible, pero sí toda la autorregulación, que está produciendo y que es mucho más autoexigente que la producción de otras ambiciones”, asegura Raúl Mínguez, que advierte sobre los riesgos de incrementar los cargos fiscales a las empresas en un contexto de inflación elevada y caída de la actividad económica.

Gobierno y agentes sociales han decidido de momento dejar las negociaciones sobre el pacto de rentas para el mes de septiembre, pero si en algo coinciden los expertos es que cualquier acuerdo debería incluir a todos los agentes: salarios, beneficios empresariales y rentas públicas, incluidas las pensiones