El arzobispo de Tokio será el nuevo presidente de Caritas Internationalis tras la intervención de la cúpula

Victoria Isabel Cardiel Chaparro

Roma

Una de las maniobras más abruptas del año pasado en el pontificado de Francisco fue el despido en bloque de la cúpula directiva de Cáritas Internacional despues de que una investigación interna sacóse a la luz problemas de mala administración y abusos de poder en el ámbito de la gestión del personal. Todos los altos cargos de esta institución, incluido el presidente, el cardenal Luis Antonio Tagle, fueron cesados ​​y, en su lugar, nombró a un comisario extraordinario, el italiano Pier Francesco Pinelli, que ha estado acompañado en esta fase por la española Amparo Alonso. Una prueba más de que al Papa no le tiembla la mano cuando tiene que tomar decisiones difíciles.

Seis meses después de la intervención, la farmacia central que aglutina las ‘Cáritas’ de las conferencias episcopales de todo el mundo ha echado a andar con un nuevo rostro a los mandos. Se trata del arzobispo de Tokio, Tarcisio Isao Kikuchi, quien desempeñó su labor en la organización católica como voluntario en el campo de refugiados de Bukavu (en la época de Zaire) durante más de 30 años. Desde entonces, ha ocupado sus funciones en la institución como presidente de Cáritas Asia de 2011 a 2019 o presidente de Caritas Japón desde 2022. ) fue elegido este sábado durante la 22ª Asamblea Plenaria a la que asistieron alrededor de 400 delegados en representación de la 162 organizaciones de Cáritas que operan en 200 países y territorios de todo el mundo.

El Pontífice recibió a todos los participantes el pasado jueves en el Vaticano y, si bien no mencionó la operación abrupta, instó a “estimarse recíprocamente, dejando que los conflictos lleven al debate” y no “a la división”. “Les ruego unidad. Vuestra confederación está hecha de muchas identidades. Vivan esa diversidad como una riqueza, la pluralidad como un recurso. Compitan estimarse recíprocamente, dejando que los conflictos lleven al debate, al crecimiento, y no a la división”, aseguró Francisco.

Mucho más claro fue el presidente del Dicasterio para el Desarrollo Humano del Vaticano, el Cardenal Michael Czerny, que defendió sin tapujos la decisión de descabezar a Cáritas Internationalis como un gesto “necesario” para el bienestar del personal de la organización. El departamento que dirige en el Vaticano fue el encargado de realizar las pesquisas que revelaron “patrones de laciones y procesos de trabajo” que incluso llegaron a poner en riesgo “las operaciones, el número y la reputación, no sólo de Cáritas Internationalis, sino de Caritas en su conjunto”, tal y como reveló.

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