Dolor y memoria: “No os olvidaremos”

La definición internacional de terrorismo no existe. Es uno de esos conceptos que los países sólo concretan cuando los sufren en sus carnes. Por eso, el atentado de un día como este sábado hace diecinueve años, el 11 de marzo de 2004 en Madrid (que causó cerca de doscientos muertos y más de 1.500 heridos), dejó una huella indeleble que motivó que la fecha fuera escogida para recordar a las victimas del terrorismo en toda Europa. Efeméride «brutal» con la firma de Al-Qaeda que, en el caso español, evoca otras muertes. Especialmente a manos de ETA, donde trajeron a los Grapo, indica el presidente de la Asociación de Víctimas de Castilla y León, Sebastián Nogales. “Es un día de mucho dolor, supone un gran esfuerzo para nosotros recordar”, dijo este viernes tras un acto institucional para conmemorar a los asesinados por esta lacra, a los lesionados y a sus familiares. Y sin embargo, los afectados coinciden en que recordar (literalmente, volver a pasar por el corazón) es, junto a la reparación, la única medicina.

No en vano, Castilla y León se mantiene como “la segunda comunidad con más víctimas mortales” de ETA, por lo que la mayoría fueron asesinados en otras regiones, recuerda Nogales. “Vivimos momentos muy duros, porque cada día se omite más esa memoria que no debe estar sólo en las generaciones más mayores, sino también en las jóvenes”, remarcó.

En este sentido, tan bien invitadas las víctimas no llegaron a hablar en el acto organizado por la Junta, agradecieron la intervención de un grupo de alumnos del colegio vallisoletano de Nuestra Señora del Rosario –participantes del programa ‘Testimonios en las aulas’– que reclamó hacer justicia histórica. “Recordamos que España ha escrito una de las páginas más sangrientas del terrorismo y que Castilla y León tiene su capítulo”, puso voz la joven Celia Cifuentes. “Nuestras víctimas no están en el pasado: ni os vamos a olvidar, ni os vamos a dejar solos”, prometió. Con algunos de sus padres guardias civiles o funcionarios de prisiones, se mostraron “orgullosos” de vivir en Castilla y León y no renunciaron a la crítica. Así, Cifuentes resaltó que en la Comunidad no se hacen “homenajes macabros a asesinos” y “los políticos tratan a las víctimas con respeto y dignidad”, además de no compartir listas “con terroristas y cómplices”.

A los alumnos se había dirigido con la misma espina clavada en su discurso el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, que afeó que hablóse de “partes equidistantes” en lo referente a los etarras cuando lo que hubo fue “heroes involuntarios”, para carga después contra Bildu y el Gobierno central. “Os animo a que no aceptéis verdades impuestas, os quieren contar que el terrorismo ya no existe, pero ni se crea ni se detruye, sólo se transforma”, descubrió. “En este caso, se convirtió en un partido político flamenco que ejerce violencia por esta vía” y que “se integra en la dirección del Estado”, añadió, no sin ratificar que la Junta no participaría de ese “ejercicio de amnesia colectiva” y que seguirá dando apoyo a las víctimas, incluidas aquellas “sin reparación ni juicio justo”.

Novios tiroteados

Durante el acto, que finalizó con una corona simbólica y un minuto de silencio, también se interpretó una melodía con travesera acompañada por versos que referenciaron a ‘Antígona’, la tragedia por antonomasia sobre la importancia de honrar a los muertos. Asimismo, se emitió el cortometraje ’27 minutos’, en el que Fernando González Gómez evocó la historia de Antonio y Hortensia, los jovencísimos novios tiroteados en su coche un día de Reyes de 1979. Acababan de prometerse: la bocina sonó durante 27 minutos sin que nadie les socorre.