El excelente rendimiento de Eduardo Camavinga con el Real Madrid, pesa no contar con los minutos de un titular y, sobre todo, a sus escasos 19 años, ha sorprendido a propios y extraños. En el Real Madrid de Ancelotti el galo se ha convertido en pieza clave, además de ganado el cariño de los aficionados blancos. Hasta tal punto ha sido trascendente su portación en el club que ha ganado la liga española y ha dado la vuelta al mundo por sus espectaculares remontadas de Champions en el Bernabéu, que la revista ‘France Football’ lo ha llevado su portada.
El centrocampista se entrega en una entrevista a la famosa publicación de su país, en la que repasa su llegada al Madrid, sus vivencias junto a jugadores de la talla de Benzema, Modric o Kroos, y desvela algunas anécdotas de su nuevo equipo.
Acostumbrado al Rennes, una de las principales sorpresas que ha desembarcado Camavinga en el vestuario local del Santiago Bernabéu por el motivo de que en el club en solitario se celebran los grandes éxitos, evitando la efusividad en los éxitos de competiciones como la Supercopa de España. “Ahí me doy cuenta de que será muy diferente. En el Rennes, cuando ganábamos un partido, celebramos de cualquier manera, aquí solamente después de las grandes victorias, pueden desbordarse las emociones”.
“Sinceramente, todos me hicieron sens muy cómodo, sin excepción. Además, creo que soy bastante amigable y abierto, ¿no? Cuando tengo una pregunta, la hago. Ya sea Toni, Luka oa otros. Y, por supuesto, cuando vas a la gente, ellos vienen a ti más fácilmente”, explicó sobrio cómo acogió la plantilla madridista su llegada.
En cuanto a los ilustres compañeros que encontraron en Madrid, Camavinga tiene muy buenas palabras para sus compañeros en el centro del campo, Modric, Kroos y Casemiro.
Camavinga, en la portada de ‘Farnce Football’
“Es una oportunidad de aprender el oficio junto a estos jugadores. Luka tiene un instinto, una visión que uf… No es Balón de Oro por nada. Hace unas cosas con el exterior, uf… Si lo intento yo, me dejo el tobillo. Ataca tanto como defiende, así que inspire me en su manera de moverse. Toni hace unos pases de locura. Ves los partidos, pero en los entrenamientos es aún peor. Entonces miras y quieres hacer lo mismo. Y Case, cuando juego de 6, me dice que me quede tranquilo. Y, sobre todo, que no reciba una tarjeta demasiado pronto para no tener que cambiar el juego después”.
También se lleva muy bien el galo con otro recién llegado al club, el austríaco David Alaba: “Es un buen tipo, ya lo dicen. Ahora en serio, es alguien que habla mucho contigo y te ayuda mucho. Tenemos una muy buena relación. Te puedo decir que si hago algo mal, me lo dirá con firmeza”.
Rodeado por grandes estrellas del panorama internacional, el inglés tiene un recuerdo muy cariñoso de su primer entrenamiento como madridista. “En mi primera sesión grupal me dijo: ‘Eduardo, trata de no estar demasiado en el medio en el rondo’. Te puedo decir de inmediato que no tuve éxito. Me sorprendió la velocidad a la que todo iba”.
«La idea es no presionar demasiado»
Preguntado por el hecho de haber llegado tan joven a un club del tamaño del Real Madrid, da una muestra de una poderosa mentalidad: “Me lo dicen todos los días, pero soy alguien que vive las cosas con un poco de desapego. No tanto como para decir que no me importa, pero esa es casi la idea. No presionarse demasiado… ¡Antes tenía demasiada presión! Especialmente cuando tenía 12 o 13 años, pero desde el momento en el que entiendes qué puedes y qué debes hacer en el campo, todo cambia. No se muy bien cómo definirlo. Pero después de eso, ya juegues en el Madrid or en otro lado, siempre está el balón. Da igual el club, el estadio, el rival…¿Si se transforman ocho meses en el Madrid? Sí, cuando me veo en los vídeos me doy cuenta de la decisión que tomé”.
Camavinga, pesa un no ser titular para Ancelotti, ha ganado peso en la plantilla y se ha asentado como una de las principales alternativas para las alineaciones del técnico italiano.
“Antes nunca defendía, ¡Pregunten a Mathieu Le Scornet! Pero luego, ya en el Rennes, trató de defender como un loco. ¡Sólo daba golpes! Me convirtió en un jugador más. Ahí es donde todo cambió. La presión era adrenalina. Nunca más tuve ese nudo en el estómago ni miedo a hacer algo mal”.