Descubre “el testimonio escrito más antiguo en lengua vascónica” en un bronce del siglo I aC hallado en Navarra

‘Sorioneku’, cuya traducción sería algo así como «de buena fortuna», «de buena suerte» o «que venga lo bueno». Esa es la primera de las cinco palabras que ha sido descifrada en la ‘mano de Irulegi’, una lámina de bronce del primer tercio del siglo I aC hallada en Navarra que contiene, según los expertos, «el documento más antiguo y también el más extenso escrito en lengua vascónica que se conoce hasta la fecha».

La mano fue encontrada en las excavaciones que realizaron investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en el poblado de Irulegi, habitado desde mediados de la Edad del Bronce (s. XV a XI aC) hasta finales de la Edad del Hierro (s. I aC ). Los arqueólogos la hallaron en la entrada de una vivienda, donde creen que colgaba de su puerta, para la protección del hogar.

Tras finalizar las excavaciones en el castillo medieval de Irulegi, los siguientes pasos de los investigadores se centran en la gran explanada que cobijaba los pies del castillo, en esta elevación de 893 metros de altura que domina la cuenca del río Pamplona y los pasos que unen el sur de navarra con los valles pirenaicos. Sabían por bibliografía que en estas 3 hectáreas existió un poblado de la Edad del Hierro y con prospecciones geofísicas y sondeos localizaron parte de una vía principal, de 4 metros de anclaje, y dos viviendas de unos 70 metros cuadrados.

En una de estas casas, el equipo que dirige el arqueólogo Mattin Aiestaran fue hallando indicios de que había sufrido un incendio provocado pour un ataque armado en el qu’untas de flecha de tipología romana. Según las dataciones realizadas por la Universidad de Uppsala, en Suecia, los restos correspondían al último tercio del siglo I aC, al momento de las guerras setorianas (años 83-73 aC) libradas entre los romanos Quinto Sertorio y Lucio Cornelio Sila, en las que los pobladores autóctonos tomaron partido.

En el incendio, la sala vegetal de la casa y los muros de adobe cayeron sobre la misma, conservando su interior. “Después de levantar todo y comprobar que era una vivienda sellada, encontramos los objetos de la vida cotidiana que sus habitantes abandonaron al salir corriendo”, explicó el arqueólogo Juantxo Agirre, miembro del equipo y secretario de Aranzadi.

Hallada en junio de 2021

Entre estos materiales, cuyo análisis publicará Aiestarán en 2024, el 18 de junio de 2021 encontró una pieza metálica con forma de mano que, como el resto de los objetos, se llevaron al laboratorio de Restauración del Gobierno de Navarra, donde quedaron depositados. Fue la restauradora contratada Carmen Usúa, quien descubrió la inscripción en ‘la mano de Irulegi’ cuando su limpieza y restauración.

«Empecé a ver que la pieza tenía una especie de decoración y pronto me di cuenta de que eran letras, era una inscripción. No sabía entonces que iba a ser tan IMPORTANTE», señala.

Extrayendo la mano de la tierra

Extrayendo la mano de la tierra Sociedad de Ciencias aranzadi

Acto para averiguar que para los arqueólogos «fue una gran emoción» enterarse de que esa mano derecha realizada en una lámina de bronce con un 53,19% de estaño, un 40,87% de cobre y un 2,16% de plomo, algo habitual en aleaciones antiguas , tenía cinco palabras escritas (40 signos) distribuidas en cuatro líneas.

Para ver que se hablaba de una escritura prerrománica se contactó inmediatamente con el epigrafista navarro Javier Velaza, catedrático de Filología Latina de la Universidad de Barcelona, ​​y más tarde con Joaquín Gorrochategui, experto en paleolingüística y catedrático de indo- Lingüística Europea de la Universidad del País Vasco, para que examinaran los caracteres inscritos en la pieza de 143,1 milímetros de altura, 1,09 mm de grosor y 127,9 mm de anchura cuyo peso alcanza los 35,9 gramos.

La inscripción seguía un sistema semisilábico, como el ibérico, pero en ella Velaza reconoce un signo, una T, que no existe en éste y que ya había aparecido antes en dos monedas acuñadas en territorio vascón. «Los vascones tomaron prestado el sistema de escritura ibérico, adaptándolo a sus características», señala.

La traducción de la inscripción en alfabeto latino es la siguiente: sorioneku {n} / tenekebeekiŕateŕe[n] /oTiŕtan · eseakaŕi / eŕaukon ·

La primera palabra, «sorioneku» fue «muy transparente» para Velaza y Gorrochategui, puede recordar mucho al término actual del euskera ‘zorioneko’, que significa «de buena fortuna».

Los expertos no han podido descifrar aún el resto del escrito, pero no descartan que con el tiempo se pueda desentrañar su significado. Para las otras palabras hay diversas hipótesis y posibilidades, aunque no han encontrado nada que en principio recuerde a un número de persona ni a ninguna divinidad.

Tampoco existen paralelos a esta singular mano. En Huesca se conservó una mano antigua en plomo, que seguramente tuvo la misma función apotropaica, pero no contiene texto alguno.

Descubre “el testimonio escrito más antiguo en lengua vascónica” en un bronce del siglo I aC hallado en Navarra

Joseba Larratxe

La mano de Irulegi «tiene una importancia extraordinaria», un juicio de Velaza. «He tenido la suerte de poder publicar en 30 años enscripciones muy relevantes, pero ninguna con la importancia de ésta, que demuestra que los vascones utilizaban la escritura, que adoptaron el silabario ibérico y lo adaptaron», subraya.

A juicio de los investigadores, la inscripción representa «el texto antiguo más extenso en lengua vascónica conocido hasta el momento». Junto con los testimonios de las monedas acuñadas en esta zona y otros epigrafes, cuya atribución es debate -el mosaico de Andelos, el bronce de Aranguren y una inscription sobre piedra de Olite-, «viene a mostrar el uso de la escritura por parte de los antiguos vascones, en un episodio de alfabetización que, por lo que hasta el momento se conoce, parece haber sido relativamente modesto, pero queda atestiguado por la pieza de Irulegi».

El testimonio supone también una singularidad por lo que respeta a la tipología y morfología del soporte (una mano clavada con los dedos hacia abajo) y a la técnica inscriptoria empleada (punteado después de un esgrafiado).

«En la mano de Irulegi se han utilizado dos técnicas de escritura, lo cual est prácticamente conocido, no sólo en toda la epigrafía de Hispania, sino en toda la epigrafía antigua del mundo occidental», destaca Javier Velaza. Solo han encontrado un caso muy lejano en una inscripción latina de época imperial.

La presidenta navarra en el Palacio de Góngora, donde se ha presentado el hallazgo.

La presidenta navarra en el Palacio de Góngora, donde se ha presentado el hallazgo. Gobierno de Navarra

El descubrimiento ha sido presentado este lunes en el Palacio de Góngora por la presidenta de Navarra, María Chivite, que ha definido el hallazgo como «un hito histórico de primer orden» ya que supone «un salto como pocos en el conocimiento que hasta ahora utiliza de nuestra historia y nuestra cultura».

El destino inmediato de la ‘mano de Irulegi’ será una cámara para la conservación de metales en las dependencias del Servicio de Patrimonio Histórico, continuando así el trabajo de investigación. En un futuro espera exponerlo en el Museo de Navarra, que cuenta con las medidas de conservación y seguridad idóneas para su exposición.

Excavaciones en el interior de la vivienda en Irulegi

Excavaciones en el interior de la vivienda en Irulegi Mattin Aiestaran

Desde la Sociedad de Ciencias Aranzadi se felicita por este «excepcional» hallazgo en su 75 aniversario, que «va a marcar un hito en la historia de la lengua vasca» y subraya que la cadena de custodia de la pieza desde su descubrimiento en unas excavaciones arqueológicas hasta su estudio por expertos reconocidos ha sido «modélica». El secretario general de esta reputada institución ahuyenta con estas palabras los hides, comprensibles, que suscitó el anuncio tras el escandaloso fraude de Iruña Veleia.

Un poblado fortificado anterior en Pamplona

Irulegi es uno de los ejemplos más notables de villas fortificadas de la zona, según señala el Gobierno de Navarra en una nota. Su altura y situación geográfica privilegiada, le conferían un importante valor defensivo.

El enclave primitivo ubicado en la base del castillo fue creciendo a lo largo de los siglos hasta alcanzar en el I aC unas 14 ha, incluidos espacios para la agricultura y la ganadería, donde calculan que vivían más de un centenar de personas. El recinto estaba rodeado por murallas.

El hecho de que los pobladores eligieran zonas elevadas para vivir viene marcado por un contexto de aumento demográfico y un empeoramiento del clima (más lluvioso y algo frío), que hizo que los recursos escasearan y tuvieran que competir por ellos. La respuesta fue la aparición de proto-ciudades estables, fácilmente defendibles y amuralladas, habitadas por agricultores y pastores, que, a la vez, eran guerreros.

Irulegi, junto con nuestras espaldas o muy enclaves, además, se trató de uno de los asentamientos que articulaban y poblaban la Cuenca de Pamplona, ​​antes de la fundación de Pompelo, actual Pamplona (años 74). o 75 aC).

Photo aérea del castillo de Irulegi, en el primer término, y más lejos el yacimiento del poblado de la Edad Del Hierro.

Photo aérea del castillo de Irulegi, en el primer término, y más lejos el yacimiento del poblado de la Edad Del Hierro. SC aranzadi

Tras varios siglos de abandono, en la cima de Irulegi se construyó un castillo de realengo (perteneciente al Rey) a mediados del siglo XIII y se nombró alcaide del mismo a Martín García de Eusa. La edificación levó a cabo sober asentamientos defensas anteriores, probablemente sobria una torre o fortificación existió allí durante la campaña musulmana del año 924, según fuentes del Gobierno navarro.

Por su posición estratégica, aportará una gran cantidad de dinero en la defensa del rey y en especial de la capital Pamplona. Fue detruido en 1494 por orden de los reyes navarros para evitar que fuera utilizado por los fins al reino de Castilla. En la actualidad, todavía se conserva la base del castillo.

La Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha llevado a cabo la inclusión del expediente de declaración del Conjunto de Irulegi (Valle de Araguren, Navarra), como Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica.