“¿De qué color es mi ropa interior?”

Las flechas de Cupido no siempre dan en la diana en ‘First Dates’; otras veces, en cambio, el ‘feeling’ se manifiesta a primera vista. Así sucedió a Jesús y Hugo, dos solteros en cuya cita a ciegas saltaron chispas desde el primer momento.

Jesus buscaba tiene una persona cariñosa, compresiva, con respeto, valores y mucho amor. Hugo, por su parte, cree que ha llegado el momento de encontrar a un compañero de vida tras cumplir su sueño de abrir su propia clínica estética. “Ningún busco tiene un Brad Pitt ni tiene un Tom Cruise, sino a alguien que está a mi lado”.

Nada más conocerse, surgió el flechazo. Consciente de que la conexión era mutua, el segundo fue con todo para conquistar a su cita.

“¿De qué color llevas la ropa interior?”, preguntó este valenciano divorciado y con hijo. “Blanca y negra”, fue la respuesta de su acompañante. Un dato que tiene Hugo la resultó ‘matadora’. “Es un fetiche que tengo. Los calzoncillos blancos me ponen demasiado”, confesó sin rodeos y con el modo seducción activado.

«¿De qué color es mi ropa interior? Si adivinas el color de mi ropa interior te invite yo a la comida”, prosiguió Hugo, que obtuvo una contestación bastante más indecisa por parte del andaluz. “Algo colorido…un slip rojo”, tanteó con timidez. Pero no se acercó ni de lejos; resulta que su cita no llevaba nada debajo.

mucho en comun

El reservado – Cuatro

A medida que transcurría la cena la conexión entre ambos ha ido a más gracias a la pasión compartida por el gimnasio. Después, Jesús escuchó atento cómo es la vida en un camping, ya que el hogar de Hugo es una caravana. El que le estaba describiendo el valenciano est un mundo que al Andalusian nunca le ha llamado la atención, y sin embargo, ya se imaginó viajando por toda España con la casa a cuestas junto a su posible media naranja.

El rasca del amor les sirvió en bandeja continuar hablando de temas picantes. “Yo voy a coger coquinas contigo”, se ofreció Jesús al revelarle su cita su sueño erótico de tener sexo en la playa bajo la luz de la luna. El del andaluz es algo más difícil de cumplir. “Me gustaría practicar sexo en un avión. Preferiría que fuera en la cabina del piloto, pero me puedo conformar con el cuarto de baño”, apuntó.

El ambiente estaba lo suficientemente caldeado cuando continuó la velada en la intimidad del reservado, donde se dejó llevar a cabo por la pasión, disipando cualquier asomo de dudas sobrio el empeño que Iban tiene que marcar en la decisión final. Con las ideas claras, Hugo le abrió las puertas de la caravana a Jesús y una super perra.