De biodegradable a bancos de ciudad, el dinero de plástico quiere ser ‘verde’

La aparición del SARS-CoV-2 ha cambiado la forma de relacionarse, de consumir y también de pagar. El dinero de plástico se ha convertido en el método de pago favorito de los españoles en los últimos meses. La tarjeta es la opción preferente hasta para las compras más pequeñas que ante solventaban con unas monedas y unos billetes.

Esta altura se refleja en los más de 85 millones de tarjetas de crédito y débito que hay en España y que cada cinco años son renovadas. Fecha de caducidad que acaba con ellas cortadas y en el cubo de la basura. “Es necesaria una concienciación y educación en la ciudadanía”, explicó Ricardo Alonso, director comercial de Giesecke+Devrient (G+D) para la región de España, Portugal e Israel.

“Poca gente sabe que son un residuo electrónico y tienen un tratamiento especial”, añade.

Estos dispositivos “tienen una parte metálica que es el chip”, asegura Alonso, y “además incorporan una antena que está soldada al plástico de la tarjeta”, apostilla. La pregunta queda en el aire: «¿Dónde se puede reciclar?».

La respuesta es complicada, porque “aún no hay tecnología disponible en las plantas recicladas para separar el PVC de la antena”, destaca el director de ventas de G+D para España. Por ello y, para evitar generar más residuos, las entidades bancarias han llevado la sostenibilidad a sus tarjetas de crédito. “En estos productos, normalmente hay unos 5 gramos de plástico y en España hay cerca de 86 millones de tarjetas, calcula toneladas las”, apunta Alonso. 430 toneladas son el resultado.

Las tarjetas de credito y debito son residuos electronicos y se deben llevar al punto limpio mas cercano

Trozos de plástico que acaban en los cubos de basura, “aunque cada vez más las entidades bancarias trabajan para que no sea así”, reveló. En los últimos meses, el Banco Santander ha instalado además cajeros automáticos un sistema para detectar tarjetas caducadas y “luego lleguen a nuestras instalaciones”, señala Alonso. “Incluso, con las que devuelve Correos”. Sin embargo, si no se pueden recuperar, lo más adecuado para su reciclaje es depositarlas en el punto limpio como ocurre con el resto de aparatos electrónicos. “Reciclar las tarjetas ha permitido reaprovechar cerca de 1.200 kilos de residuos plásticos”, explicó BBVA.

PVC reciclado

Pero, antes de llegar a los bolsillos de los clientes, el sector bancario “usted es consciente de la sostenibilidad”, responde Alonso. Desde hace varios ejercicios, “varios de nuestros clientse incorporan el PVC reciclado en sus tarjetas”, añade. “Es la alternativa con menor huella de carbono y realizada con materiales reciclados, a partir de fuentes como desechos de la industria de la construcción, reciclaje de bolsas de plástico o residuos de otras tarjetas”, responde desde Caixabank.

“Todo el sector bancario en su conjunto está apostando duro por la sostenibilidad”, destaca el director de ventas de G+D para España. No obstante, “hay otras soluciones más allá del PVC reciclado”, advierte Alonso.

“El PVC reciclado es la mayor solución para las tarjetas de crédito en estos momentos” Ricardo Alonso, director comercial de Giesecke+Devrient (G+D) para la región de España, Portugal e Israel

Varias entidades, entre ellas Caixabank, trabajan con productos biodegradables que cambian el plástico por almidón de maíz o PLA, ácido poliláctico. Este último es un bioplástico que surge precisamente de la unión de la biomasa con este almidón de maíz. Su proceso de fabricación es distinto al habitual y tiene por supuesto la reducción a la mitad del CO2 emitido a la atmósfera. El resultado es un producto con dos años de vida útil y más ecológico.

“Estamos trabajando en varias líneas”, asegura Alonso. Sin embargo, «hay que tener en cuenta muchos factores como puede ser la huella de carbono de todo el proceso, los residuos que generan o la durabilidad», advierte. En este caso de este proyecto de la entidad catalana, los objetivos del PLA tienen una caducidad de dos años. “Por eso, pensamos que el PVC reciclado es, de momento, la solución”, destaca Alonso.

segunda vida

La protección del medio ambiente es un tema clave en las políticas del sector financiero. “Son como un elefante, la cuesta arrancar pero luego son imparables”, apunta Alonso. “Todos los bancos tienen una agenda muy clara que tienen que hacer ese cambio”, apostilla.

A fin de año, la Net-Zero Banking Alliance, liderada por la industria y convocada por los Sindicatos Nacionales, se reunirá para lograr que los bancos de todo el mundo que representan alrededor del 40% de los banqueros del mundo, se comprometan para alinear sus carteras de préstamos e inversiones con emisiones netas cero para 2050.

Una iniciativa que contó en abril, fecha de su fundación, con cuatro bancos españoles: BBVA, Santander, Caixabank e Ibercaja. Pero, “desde hace dos años ya trabajan en ello”, asegura Alonso.

En 2019, la filial portuguesa de la entidad presidida por Ana Botín se unió a Contisystems para lanzar un proyecto de reciclaje de medios de pago en mobiliario urbano como bancos, tarimas de piscina o elementos de paseos marítimos. Ahora, esta medida alega a España.

Banco reciclado sobre playa.Banco reciclado sobre playa. – Onda de gravedad

«Queremos hacer mobiliario grande que sí tenga sentido para trabajar a gran escala», asegura el responsable de ventas de G+D que trabajará con la entidad española. Las tarjetas recogidas en los cajeros del banco serán enviadas a la firma alemana que las triturará para su posterior conversión en mobiliario urbano. “Con la recaudación de 400.000 tarjetas recicladas, que equivaldrían a dos toneladas de PVC reciclado, se podrían crear 130 bancas públicas”, reveló Alonso.

El material de estas tarjetas se convertirá en materia prima que utilizará la empresa alicantina Gravity Wave para la fabricación de mobiliario. Finalmente, el Banco Santander donará estos edificios al Ayuntamiento de Valencia para su instalación en la capital del Turia.