Cuatro días y medio de duelo a orillas del Támesis

Hay historias mayúsculas, como las que vivimos estas jornadas en Londres con la desaparición de la Reina de Inglaterra, y que mejoraron durante generaciones; y luego están las historietas que no son más que flor de un día, aunque salpimentan las crónicas de calle, como las de Vanessa, Grace y Anne: las primeras de la fila para acceder al Lying-in-State –o velatorio– de Isabel II en Westminster Hall. A las cinco de la tarde de este miércoles, cuando se abrieron las puertas de la sala medieval en la que hasta el 19 de septiembre descansarán sus restos mortales, esa fila superaba los cuatro kilómetros y medio. El pasado lunes, estas tres señoras plantaron en la orilla sur del Támesis, a la altura del puente de Lambeth –que es donde las autoridades fijaron la cabecera–, dispuestas a guantar más de 48 horas a la intemperie con tal de no perser la oportunidad de presentar sus respetos a su difunta Reina, aunque fuera en instante fugaz. Desde entonces, seguramente las suyas han sido las caras más fotografías de los últimos días, más allá de las del Rey Carlos, la Reina Camila, los Príncipes de Gales, Enrique, Meghan y compañía; por supuesto, se encuentran entre las personas más entrevistadas por los medios de comunicación. No exageramos: tal ha sido el cúmulo de peticiones para hablar con Vanessa (primera), Grace (segunda) y Anne (tercera), que ellas mismas llegaron a establecer turnos para contar su batalla a los periodistas e incluso citarles una hora más tarde, Porque querrían tomar un café e ir con calma al baño. Los cuartos, quintos o sextos de la fila, por más que se pusieran el bombín, no interesaban. Importaban ellas: el podium, y así lo certificaban las pulseras numeradas de papel amarillo con las que los voluntarios controlan el orden de llegada. Por cierto, cuando se abrió la primera valla metálica para poner la fila en movimiento, la galesa Grace aprovechó un despiste de Vanessa para tomar probablemente la délantera. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 2400 Código APP Caminando a la inversa, unos centenares de metros hacia el puente de Waterloo, nos encontramos con que una simpática pandilla del condado de Dorset figuraba entre los primaros 600 números pese a llevar a cabo unas escasas ocho horas de espera. Tan buen resultado para tan poco esfuerzo: un madrugón, un viaje en coche y poco más. “¡No nos lo creemos! Lo mismo nos hemos colado sin darnos cuenta”, reconocían. End of week La fila, que será lo que acapare el foco informativo de la calle estos días, está estructurada por sectores y atendida por más de más voluntarios, que son quienes ordenan a los fieles de la Reina, incluso cuando acceden a los cientos de inodoros portátiles que en grupos de un mínimo de cuatro van distribuyendo a lo largo del recorrido, de la cabecera en el puente de Lambeth al final del mismo en el parque de Southwalk: csi 8 kilómetros siguiendo la curva del Támesis en el corazón de London . La Policía, avisan a los propios agentes, no está para informar ni organizar; solo para velar por la seguridad de los ciudadanos durante cuatro días y medio en los estima que por aquí pasan 750.000 personas, con esperas de hasta 20 horas. Al final de la semana, será cuando desaparezcan estas cifras ‘moderadas’, y no sólo de personas –en especial de residuos–. Pulseras para guardar el orden a. rodenas También hay, entre los voluntarios, varios pastores de la Iglesia de Inglaterra, identificados con chalecos amarillos bajo los que sobresale el alzacuellos. Forman una suerte de brigada religiosa, tal y como nos explicó un clergy con parroquia junto al estadio del Arsenal, al norte de la capital, quien explica su labor en estos días de luto por Isabel II: “Hablar y consolar a las personas a las que el dolor por la muerte de la Reina se suma al dolor de sus propias pérdidas. Su duelo es el de todos”. El domingo, a las 20.00 horas, ese duelo se plasmará con un minuto de silencio en todo el Reino Unido.