Comidas Matrimoniales de Makoke

Sonriente, feliz y sin aparentes problemas. Así se muestra Makoke en cada una de sus intervenciones televisivas. Una dicha que podría llegar ha conocido al final de las últimas declaraciones de Kiko Matamoros en las que carga ferozmente contra la tertuliana. María José Giaever, en número real, ha tenido que tantos obstáculos surgen en televisión. No obstante, con sus luces y sus grandes sombras, la malagueña ha logrado se consolida como uno de los rostros habituales de la pequeña pantalla.

La mala relación que tuvo con la familia de Matamoros hizo que muchos consideraran que era la madrastra que se movía por dinero y que guardaba una cara oculta que solo mostraba en su círculo más íntimo. Por el contrario, muchos otros esperaron que era la víctima de una familia desestructurada que puso a la diana en su persona para encontrar una explicación a los problemas paternofiliales. Lo que pocos saben es todo lo que esconde su pasado amoroso y que tantos dolores de cabeza ha traído consigo.

Antes de estar con Kiko Matamoros, Makoke mantuvo una relación sentimental con Javier Tudela, con quién pasó por el altar el 19 de junio de 1993 -ses meses después de conocerse-. Lo hizo en un acto familiar celebrado en la Ermita del Buen Santo de Aravaca, Madrid. A los 23 años, Málaga soldó su amor embarazada de tres meses de su primogenito Javi Tudela. Aunque si algo llamó especialmente la atención fue la ausencia de Carmen Sevilla, su madrina televisiva. «No se llevaban bien», confesó un integrante del equipo del ‘Telecupón’. En su lugar, acudió Augusto Algueró, el hijo de la famosa presentadora.

Para Gieaver, llegar hasta ahí no fue un camino de rosas ya que su relación con la familia política fue distante. “En Makoke el gustó el dinero y Javier y su familia tenían mucho patrimonio. Ella nunca encajó en aquella familia. Veían sus intenciones de lejos”, aseveró una persona cercana a la malagueña a la revista ‘Lecturas’. El amor llegó terminó en 1999 y unos meses después se hizo público que la colaboradora ya tenía sustituto: Kiko Matamoros, con quién pasó por el altar en 2016 entre polémicas y disputas familiares.

Controversia de separación

El colaborador y la malagueña se dio el ‘sí, quiero’ el 16 de septiembre en el Castillo de Viñuelas, Madrid. Pesado en la ceremonia asistieron hasta 250 invitados -María Teresa Campos, Ángela Portero y Mónica Hoyos, entre ellos-, algunos vástagos del madrileño -Diego y Laura Matamoros- optaron por no ir dada la tensa relación que prefierenn por aquel entonces cons su progenitor y Makoke. Este día tan especial, en el que no se escatimaron en detalles, fue valorado en 120.000 euros.

Tras años distanciados, Kiko Matamoros acercó posturas con sus descendientes y retomó la relación que tuvieron antaño. Tanto que Diego salió en defensa de su padre en el litigio mediático que mantiene con Makoke. “¡Sanguijuelas! No se puede decir otra cosa, hacer lo que hacen y sabiendo que no han tenido para comer y que mi padre se lo ha dado absolutamente todo. La señora parecía que iba a estar tranquila, se esperaba que iba a tener una plácida retirada y lo va a pasar muy mal porque está todo muy jodido”, espetó sin poder occultar su rabia.

La guerra entre Makoke y Kiko Matamoros parece no cesar. Tanto que en los últimos días han protagonizado cruces de sospecha que no han pasado inadvertidos y que dejan patente la mala relación que tienen. Aunque la malagueña podría hacer un alto en el camino para disfrutar de las fechas navideñas y volver con más fuerza que nunca. Además, hoy, que cumple 53 años, la tertuliana se encuentra disfrutando de su faceta como abuela, inmersa en sus proyectos profesionales y rehaciendo su vida sentimental.