Durante la visita de Nancy Pelosi a Taiwán se acumularon los adjetivos: histórica, inminente, pero todavía hipotética; as hipotética resulta también una respuesta militar por parte de China. Todo apunta a que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos llegará esta noche a la isla (hacia las 16.30 hora española). La colisión anticipada entre la potencia estable y la emergente podría ser cuestión de horas. Pelosi comenzó ayer en Singapur una gira asiática que la llevará a Malasia, Corea del Sur y Japón. Se desconoce, no obstante, si la lista de destinos tendrá también Taiwán. Esta posibilidad, filtrada a varios medios internacionales hace dos semanas, ha extremado desde entonces la tensión entre los dos países más poderosos del mundo. De ser así, se trataría de la visita de un representante estadounidense de mayor rango en 25 años, y en un momento crítico. La prensa extranjera, de nuevo, ha adelantado citando a fuentes gubernamentales de EE.UU. y Taiwán que Pelosi aterrizará en Taipéi a las 22:30 (hora local). La agenda predecible incluye una reunión con la presidenta Tsai Ing-wen a primera hora de mañana para el acto seguido abandonar la isla. De momento, el avión militar que la transportaba ha despegado de Kuala Lumpur poco después de las 16:00 horas con destino desconocido. “Una apuesta peligrosa” Ante este viaje convertido en pulso, China ha puesto en marcha su retórica más confrontacional con multas disuasorias. “Estamos siguiendo con atención la ruta de la oradora Pelosi”, ha asegurado la oradora Hua Chunying durante la calle de toma del ministerio de exteriores. “Si EE.UU. sigue avanzando por este camino equivocado tomaremos medidas serias y resolutivas para asegurar nuestra soberanía y seguridad». “Desde que surgió la noticia, muchas personalidades en EE.UU. Han manifestado en público que la visita de Pelosi sería estúpida e necesaria, una apuesta peligrosa. Es complicado imaginar algo más brutal y provocativo que esto”, ha añadido. “Podría desembocar en desastrosas consecuencias para la región de Taiwán, así como para la prosperidad y el orden del mundo entero”. Noticia Relacionada estandar No China advierte a Biden de que EE.UU. es “jugando con fuego” en Taiwán David Alandete Los demócratas tratan de que líder del Capitolio, Nancy Pelosi, canceló un viaje a la isla asiática semana pasada, y llevó al líder chino una advertencia de que “quien juega con fuego se quemará”. Al fin y al cabo, los medios oficiales del gigante asiático habían equipado la situación actual con la crisis de los misiles que en 1962 compartió con EE.UU. había la Unión Soviética junto a una guerra nuclear; a cause de otra isla, Cuba, ante la presencia allí de armamento soviético. Ayer mismo, el también portavoz de Exteriores Zhao Lijian confirmó que el Ejército Popular de Liberación “no acabará impasible”. A lo largo de este fin de semana las fuerzas armadas chinas han llevado a cabo maniobras con fuego real en la costa de Fujian, al otro lado del estrecho de Formosa, justificado por el 95º aniversario de la fundación del cuerpo. Imágenes compartidas en redes sociales muestran tanques y vehículos de asalto en las playas de Xiamen, un simulacro destinado a “examinar la capacidad comprensible de combate ante condiciones complejas”, en palabras del Comando Militar Provincial. China también ha desplazado sus dos portaaviones, el Liaoning y el Shandong. A primera hora de hoy, varias aeronaves militares sobrevolaron la línea mediana en la zona de identificación aérea de Taiwán, según informó la agencia Reuters. Ante esta amenaza, el territorio autogobernado ha movilizado sus propias aeronaves para supervisar la situación. El Ministerio de Defensa taiwanés ha puesto a su ejército en máxima alerta, por lo que sus efectivos estarán en modo de combate desde la mañana de hoy y hasta el jueves. Duelo de potencias Esta situación crítica llega cuando las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y China atraviesan el peor momento desde su establecimiento en 1972, arrastradas en los últimos años al terreno de la confrontación abierta. Paralelamente a este proceso, representantes norteamericanos de cada vez mayor rango han visitado Taiwán, y en alguna ocasión Joe Biden ha asegurado que su país defendería la isla ante una invasión china. His unas fechas, además, particularmente sensible para la política doméstica del régimen puesto que apenas faltan unos meses para la celebración del XX Congreso del Partido Comunista, una cita quinquen en la que Xi se perpetuará en el poder convertido en el líder chino más poderoso desde Mao Zedong. Se confirmará como la regresión autoritaria que experimentó el gigante asiático desde que este tomó las riendas en 2012, proceso que ha exacerbado la rivalidad en ambos lados del Pacífico. Sea lo que sea el futuro, este está a un punto de llegar.