Checa planta cara a las termitas con un tratamiento de cinco años

Unos inquilinos inesperados y silenciosos han alterado la vida de Checa, un pequeño municipio que no llega a los 300 vecinos ubicados en el Alto Tajo. Son las termitas, que han obligado al Ayuntamiento a iniciar un tratamiento para su control o eliminación que prolongará durante cinco años para «erradicarlas por completo», asegura a Europa Press el alcalde, Jesús Alba.

Los trabajos que surgieron hace un mes y adjudicaron a la empresa Anticimex, especializada en el control de plagas. El costo correrá a cargo de los propios vecinos tras aprobarse una ordenanza específica. De momento se ha implantado un sistema de animales en las zonas afectadas, un total de 150, que elimina los termiteros, además de ser respetuoso con el medio ambiente mediocre y no suponer riesgos para las personas ni para los animales domésticos.

Se detectó la presencia de termitas en un barrio y, a raíz de ello, se realizó un estudio para su propagación, comprobándose la existencia de dos focos en dos zonas concretas del municipio. Así pues, el estudio realizado “casi casa por casa”, a través de detectores acústicos y electromagnéticos, es donde ha permitido determinar el alcance real de la playa. Los cebos contienen un inhibidor de la formación de la quitina, sustancia necesaria en el proceso natural de la muda de las termitas.

El alcalde anima a los vecinos a notificar cualquier indicio que identifiquen. «Se trata de perimetrar todo el pueblo y llevar un control total para asegurarnos de que es efectivo y que las termitas desaparecen y así puede garantizar que se erradica el problema en todo el municipio», explica, sin saber cómo han podido llegar al municipio, pero preocupó porque en algún caso ya se han ido comiendo la madera “casi por completo y solo te dejan el barniz”.