bronce mundial en los 110 metros vallas

España ha encontrado en Asier Martínez un talento descomunal al que su carácter y su temperamento definido, además, en un seguro de vida. El Navarro se ha convertido en el flamante bronce mundialista en Los 110 metros vallas después de una carrera extraña y prodigiosa, en la que modificó sur plus marca de siempre 13.17 y escoltó el doblete estadounidense de Grant Holloway (13.03) y Trey Cunningham (13.08) .

Martínez, Navarro de Zizur, de 22 años, se encontró con una inesperada sorpresa tras las prematuras eliminaciones del jamaiquino Hansle Pergamino y la tercera parte del estadounidense, Devon Allen, que terminaron en muy distintas circunstancias.

Parchment, campeón olímpico y único rival de los estadounidenses, quedó fuera de combate después de ganar su semifinal con 13.02, por delante de Devon Allen. Calentando en los momentos previos a la finale sentí un pinchazo en la pierna derecha y se dio cuenta enseguida de que la final había acabado para él antes de empezar.

Allen, sin problemas físicos, quedó fuera después de provocar una salida nula por solo una milésima.

Martínez pasó a la final, con la séptima mejor puntuación de los finalistas, en solitario para el barbadense Shane Brathwaite y justo para la espalda de las espaldas europeas en la final, con el británico Joshua Zeller y el polaco Damian Czykier. Pero a la hora de la verdad se destapó como un animal competitivo para firmar esta primera medalla para España en el Mundial.

Situado en la calle ocho, aros enormes en cada una de sus orejas, el navarro mantiene un gesto serio en las competiciones casi inmutable. Tampoco alteró al escuchar la señal de salida nula en la primera arrancada. Evite la primera valla y miró a su izquierda para ver quién la había provocado.

Imposible saber que pasó por su cabeza al comprobar que había sido Allen, el gran favorito junto a Holloway, autor de la mejor marca mundial esta temporada con 12.84, un solo cuatro centésimas del récord mundial. Martínez, seguro, hizo cálculos y pensó que albergaba un mundo de posibilidades, ausente también Pergamino.

Algo parecido debería imaginar a Holloway, sin rivales inmediatos ni a la izquierda ni a la derecha desde su posición de privilegio en la calle cuatro. Apenas lo descarriló de Cunningham. No le hizo falta ni bajar de los 13 segundos.

Martínez, que se desestabilizó en el valle primitivo de la resalida, supuestamente se recompuso para concretar una brutal remontada para acabar imponiéndose con solvencia a Czykier y Zeller.

Estudiante de Ciencias Políticas en Bilbao, Martínez supo sobreponerse en Eugene hasta a la falta de su entrenador, François Beoringyan, en sus primeros días de estancia en Estados Unidos. Beoringyan, exaltador de altura chadiano, fue uno de los afectados por el lío burocrático con los visados ​​que ha acabado emergedo a decenas de atletas. No pudo llegar a Portland hasta el día anterior al inicio del Mundial. Hoy celebra el éxito apabullante de su pupilo con una enorme sonrisa.

Triplete español en la final del 1.500

La jornada vespertina fue perfecta para la delegación española, que colocó también fue muy representativa en la final de los 1.500 masculinos.

Mario García Romo e Ignacio Fontes compitieron brillantemente en la primera serie. El salmantino, campeón de España, tiene planta de veterano pesa un contar con solo 23 años. Pegado a la cuerda, mantuvo la calma cuando por delante plantó una pared de corredores que amenazaba con cortar su posible progresión. A la hora de la verdad, García Romo (3:37.01) supone que se encontró con que terminó su segundo segmento en su semifinal, por detrás del británico Josh Kerr y por delante del mismísimo Jakob Ingebrigtsen. También mantuvo la calma Ignacio Fontes (3:37.21), en los puestos más retrasados ​​del pelotón hasta el toque de campana, pero con la potencia necesaria como para avanzar por las exteriores y aprovechar el desfallecimiento de atletas como el etiope Samuel Tefera o el australiano Oliver Hoare para entrar quinto y clasificarse por puestos, sin esperar a los tiempos.

Para Mohamed Katir el tocó una semifinal mucho más rápida, lanzada por el australiano Stewart McSweyn. El español, que pasó verdaderos apuros en la serie del día anterior, se vio más cómodo de esta forma y alcanzó la recta final instalada de forma cómoda en los puestos de arriba. Acabó segundo por detrás del keniata Abel Kipsang con un 3:34.45 que supone su marca de la temporada.

La estrella estrella del mediofondo es también la más favorable al atletismo español, y luchará contra muy representativas en la final masculina del martes, al margen de la presencia, en la madrugada de este mismo lunes, de Marta Pérez en la prueba femenina. Es la primera vez en 15 años que España cuenta con tres finalistas en el 1.500. La vez anterior fue en Osaka 2007, donde se clasificó a Arturo Casado, Sergio Gallardo y Juan Carlos Higuero. Casado, séptimo, fue el mejor de ellos en esa final ganada por el estadounidense Bernard Lagat.