Biel Ribas, el portero retirado que va camino de salvar al CF Talavera

Gabriel ‘Biel’ Ribas Ródenas (Palma, 1985) confiaba: “Yo ya tenía la cabeza retirada del mundo del fútbol. Había asumido el final de mi carrera y estaba en casa con otros planes. Me llamaron y me preguntaron si estaba dispuesto. Como estaba cerca de Madrid, que es donde vivo, hice números, me cuadraban y decidí venir a ayudar. Así fue”.

Al portero Mallorca, desde 37 palos, le encomendaron una misión (caso) imposible: salvar al CF Talavera. Un equipo moribundo con una planta pensada para juzgarse en Segunda RFEF que en el último momento del verano ascendió a Primera y que la competición se allanó. De hecho, los blanquiazules sumaron un punto en las onzas primeras jornadas e iban camino de ser el hazmerreír de la categoría.

Sin embargo, ya con Biel Ribas en la meta, algo hizo ‘click’ y los talaveranos se han vuelto un conjunto muy sólido, que acumula ocho jornadas sin perder (cuatro victorias y cuatro empates) y que tiene esa misión imposible de la salvación a solo cinco puntos con toda la segunda vuelta por delante. Lo que entonces era una utopía, ahora es una realidad. El portero apunta como clave el relevo en el banquillo: la directiva ocupada prescindir de Rubén Gala y dar el timón a Pedro Díaz, el técnico del filial. La apuesta no ha podido salir mejor.

“Desde que ha venido Pedro, no se qué ha hecho, pero el equipo ha cambiado por completo. Físicamente no aguantábamos los partidos y ahora estamos los 90 minutos a buen nivel. Ha habito un cambio radical. El día a día es diferente a cuando llegué. Nuestro hemos ganado el respeto del restaurante de equipos y antes no lo hacía nadie, pero es que era normal”, asegura Biel Ribas, que ha mantenido la portería a cero durante más de 600 minutos, todo un récord en el corta vida de Primera RFEF.

La imbatibilidad perdió en la primera jugada del partido ante el Badajoz el pasado domingo, con un disparo lejano de Buyla que le sorprendió. “No me esperaba que saliera tan rápido el balón, entra por mi palo y me la como. Hay poco que analizar. Me la como y el punto. Soy muy demandee conmigo mismo y muy critico cuando tengo que serlo para mejorar”, reconoce con una humildad que somos habituales en un futbolista.

La trayectoria de Biel Ribas, que ha disputado más de 400 partidos entre Segunda y Segunda B, tiene un recorrido por una montaña de equipos desde los que saldrá el filial del Espanyol: Lorca Deportiva, UD Salamanca, Atlético Balerares, Numancia, UCAM Murcia, Real Murcia, Fuenlabrada y, de nuevo, UCAM Murcia. “En el Numancia, en Segunda, estuve muy a gusto. In Salamanca también, pero había problemas de dinero, no pagaban y el club acabó desapareciendo”, recuerda sobre su larga carrera.

Rodeado de estrellas

El actual portero del CF Talavera fue una promesa del fútbol español, ganando como titular el Europeo sub-19 de 2004 y cayendo contra la Argentina de Leo Messi en cuartos de final del Mundial sub-20 del año siguiente. “Puedo decir que jugó con grandes jugadores (en aquellas selecciones inferiores compartieron vestuario con futuros campeones del mundo como Sergio Ramos, David Silva, Cesc Fábregas, Fernando Llorente o Raúl Albiol)”, presume. Con Messi, además, se enfrentó en los derbis de juveniles entre el Barça y el Espanyol, y “ya se vio que despuntaba, que tenía cosas que otros no tenían”.

Quizá su momento álgido llegó demasiado pronto, con apenas 18 años, en la primera jornada de la temporada 2004-2005. Kameni se lesionó, Erwin Lemmens (el segundo portero) tampoco estaba disponible y Biel Ribas tuvo que jugar los últimos 20 minutos de aquel partido en el Estadio Olímpico Lluís Companys contra el Deportivo de la Coruña que terminó con empate a uno. Walter Pandiani le metió el gol en el que sería su debut y, a la postre, único shock en Primera división.

“Entrenaba con el primer equipo y jugaba con el filial. Estaba Kameni, luego vino Gorka Iraizoz y no había sitio. Cuando eres joven haces cosas que de veterano no. Al final tienes muchas distracciones. Siempre he tenido la cabeza un poco con muchos pájaros y me hubiera gustado tenerla más amueblada porque creo que podría haber sido un buen portero en el Espanyol«, admite con la perspectiva que da el tiempo.