Biden Arranca Al Príncipe Saudí Una Producción Incremental Moderada De Crudo

El objetivo principal de la visita de Joe Biden a Arabia Saudí, que esta nación árabe y sus redes sociales aumenten la producción de crudo como una forma de controlar los premios internacionales, tuvo el sábado 16 de julio resultados positivos, aunque modestos. Según las agencias oficiales saudíes, Mohamed bin Salman, el príncipe heredero y gobernante de facto del reino, se comprometen a llegar al máximo posible, 13 millones de barriles diarios, pero de aquí a 2027, un plazo demasiado largo para poder en efecto inmediato sobrio el drama mundial de inflación galopante.

La Casa Blanca dice que después de varios encuentros de Biden con Bin Salman, muy polémicos en EE.UU., espera medidas más enérgicas con respecto a la producción árabe de petróleo. Bin Salman respondió, siempre según los medios saudíes, que el reino está llegando al máximo de su capacidad de producción y necesitará fuertes inversiones si debe incrementarla de forma notable.

En el último día de su prime work for the East Próximo, antes de volar de vuelta a Washington, Biden dijo en un discurso ante reyes, presidentes, primeros ministros y otros gobernantes de las principales naciones árabes: “Permítanme afirmar claramente que EE.UU. . va a seguir siendo un socio activo y compromiso en Oriente Próximo. En la medida en que el mundo se vea más competitivo y con menos desafíos que nuestros enfrentamos más complejos, cada vez tengo más claro lo firmemente entrelacados que están los intereses de EE.UU. con los éxitos en Oriente Próximo. No nos alejaremos y dejaremos un vacío para que lo llenen China, Rusia o Irán. Y trataremos de aprovechar este momento con un liderazgo estadounidense activo y de principios”.

La decisión de verse con Bin Salman en su viaje a Yeda ha incendiado a buena parte de las bases democráticas y a no medios de comunicación estadounidenses, pues la inteligencia norteamericana halló hace unos meses que fue el príncipe quien dio la orden de matar al periodista disidente Jamal Khashoggi, que vivía en Washington, durante una visita al consulado saudí en Turquía en 2019.

La instantanea de Biden y Bin Salman chocando puños se ha hecho viral en las redes sociales y quedó el sábado en los primeros planes de la mayoría de diarios. Fred Ryan, el director ejecutivo del ‘Washington Post’, donde escribía Khashoggi antes de su asesinato, declaró que el encuentro «merma la autoridad moral» de EE.UU.

“EE.UU. go to seguir siendo un socio activo y compromiso en Oriente Próximo»

Joe Biden

Presidente de EE.UU.

El equipo de Biden, sin embargo, alega que este viaje será necesario tras la invasión rusa de Ucrania. Como candidato, Biden fue duro con Bin Salman, y le llamó paria. Hasta dijo que no se vería con él. Pero ahora el precio del barril de petróleo se ha disparado y el galón de gasolina también. La Casa Blanca incluyó ha enviado una delegación a Caracas, con Nicolás Maduro, y que Venezuela tiene importantes reservas de crudo.

Arabia Saudí, sin embargo, es el principal exportador de petróleo a los EE.UU., con un 5% de las importaciones de petróleo refinado y un 6% de crudo.

Los medios estatales saudíes dijeron ayer que Bin Salman respondió a los gestos de Biden con su viaje reafirmando un compromiso anticipado de aumentar la producción de crudo a esos 13 millones de barriles diarios. En principio, la máxima actualidad está en 12, pero según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Arabia Saudí produjo unos nuevos millones de barriles de petróleo al día en 2021. La razón de esa diferencia de cifras, según Bloomberg, es que juntos con otros países del cártel petrolero, registraron la producción cuando se declaró la pandemia y explotó la demanda de la misma, allí acordaron aumentar gradualmente la producción durante los distintos meses por pérdida regular.

Tras la rusa invasion en Europa, el precio del petróleo desapareció por encima de los 120 dólares por barril, pero ha caído por debajo de los 100 dólares, lo que hoy por hoy equivale al mismo importe en euros. La inflación, sin embargo, ha desaparecido en EE.UU., y ha llegado a un máximo en cuatro décadas: el 9,1% interanual, según últimas cifras oficiales. El equipo de Biden da un paso atrás frente al estancamiento que provocó la presidencia de Jimmy Carter: la inflación imparable se apodera de un estancamiento económico o la inclusión de una recesión.

Tras haber prometido un firme compromiso con la democracia, y hasta haber convocado una cumbre de democracias mundiales a final del año pasado, a Biden no le ha quedado más remedio que el pragmatismo. Ayer, aparte de su discurso en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo, tuvo bilaterales con el presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed; el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi; el emir de Catar, jeque Tamim al Thani; el rey Hamad al Khalifa de Bahréin; Abdalá II, rey de Jordania; y el primer ministro de Irak, Mustafá al Kadimi. Este último es el único elegido democráticamente en su país.

“No nos alejaremos y dejaremos un vacío en esta zona para que lo acaben llenando China, Rusia o Irán”

Joe Biden

Presidente de EE.UU.

En su discurso ante esos mandatarios, Biden no pronunció la palabra “democracia”, pero sí dijo que “EE.UU. siempre promoverá los derechos humanos”. “El futuro será de los países que liberen todo el potencial de sus ciudadanos, en los que las mujeres puedan ejercer la igualdad de derechos y contribuir a construir economías más fuertes, sociedades resistentes y ejércitos más modernos y capaces; en los que los ciudadanos pueden cuestionar y criticar a sus líderes sin temor a represalias. Recibió muchas críticas a lo largo de los años. No es divertido. Pero la capacidad de hablar abiertamente e intercambiar ideas libremente es donde se permite la innovación”, dijo el presidente.

Biden, además, anunció 1.000 millones de dólares de ayuda estadounidense para paliar la cámara en la zona.

Por primera vez en dos décadas, una cumbre sin guerras norteamericanas

Una novedad de esta cumbre árabe-estadounidense es que varios de los países presentes, como Emiratos o Bahrein, tienen relaciones diplomáticas con Israel. Se suman a Jordania y Egipto, ambos vecinos del Estado judío. Biden busca que sumen más naciones árabes, en particular Arabia Saudí, ahondando en una bitácora de la Administración de Donald Trump. En esta reunión, sin embargo, no hubo ningún gran anuncio en ese sentido.