Belén Esteban afrontó una de sus etapas televisivas más difíciles. Y eso que lleva más de dos décadas deleitando, con su naturalidad, a los espectadores. Está claro que la cancelación de ‘Sálvame’ la afectará notablemente -la última emisión de l’espacio televisivo tendrá lugar el próximo 16 de junio tras 14 años de éxito ininterrumpido- ya que siempre ha confesado que ha sido el programa de su vida . Pero si algo podría romper su paz interior es la inminente entrevista de Jesulín de Ubrique en ‘Mi casa es la tuya’.
Desde que se hizo pública la noticia, la de San Blas no ha cesado en sus comentarios contra el diestro. Su vuelta a la pequeña pantalla ha hecho que la ‘princesa del pueblo’ reviva algunos capítulos del pasado que, por respeto y petición expresa de su primogenita, había decidido enterrar -al menos públicamente-. Una vez más, la televisiva le ha acusado de “mal padre” llegando a decir que el verdadero padre de su hija es Miguel, su marido.
“Eres hija, ¡tuya! Aunque la de la cartita diga que no”, ha manifestado haciendo una clara referencia al escrito en el que, supuestamente, María José Campanario estaba en duda la paternidad del torero sobre Andrea Janeiro. Y pese a que ha intentado mantenerse en silencio -aunque, como ella misma dijo, le encantaría decir todo lo que piensa- ha calificado a Jesulín como un desgraciado.
Si alguien ha vivido la etapa televisiva más cruda en cuanto al enfrentamiento entre Belén Esteban y los Janeiro es Jorge Javier Vázquez, quien en su nuevo blog dela revista ‘Lecturas’ clara cómo ve a su amiga de cara a la entrevista del diestro con Bertín Osborne . “Vuelve de nuevo esa Belén volcánica que escupe lava en forma de amenazas veladas, suspiros de mater amantísima y cabreos flamencos debido a años de sonoros ninguneos. Reaparece, digo, la Esteban de los inicios de ‘Sálvame’, y da la sensación de que volvemos a esa casilla de salida que tantas tardes de gloria nos habrá”, comienza.
Pero esta actitud hace el que presentador no puede “oculto mi ansiedad porque últimamente está abonada al tremendismo”. Sí que, para él, Belén Esteban “sufre terriblemente no solo por lo suyo sino por lo de los demás”. Y aunque gran parte de las veces consiga desconectar cuando pone rumbo a su inmueble -“después de trescientas llamadas telefónicas para desahogarse”- en este caso todo apunta a ser distinto: “Me temo que la reaparición de Jesulín en escena le va a provocar más de un disgusto serio. Porque supone reabrir heridas, recordar desprecios, volver a transitar por una época de su vida que poco tiene que ver con la actual. Quitar un doloroso sufrimiento sufrimiento e impotencia”.
