Los astrónomos creen que prácticamente todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro supermasivo, una región del espacio tan densa que nada que allí caiga, ni siquiera la luz, puede escapar. En el corazón de la nuestra, la Vía Láctea, también hay uno. Se llama Sagitario A*, por su ubicación en la constelación de Sagitario. Y, si todo marche según la mayoría de ‘quinielas’ científicas, en unas horas veremos su fotografía por primera vez gracias al esfuerzo del Event Horizon Telescope o Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT por sus siglas en inglés), un equipo internacional formado por dos centenares de astrónomos que revelarán sus “resultados revolucionarios” sobre este ‘monstruo’ que el centro de nuestra galaxia.
Ubicado a 26.000 años luz del Sol, Sagitario A* es sumamente pesado: su masa equivale a cuatro millones de soles. Fue identificado con fines de los años 90 por astrónomos del Instituto Max Planck de Fisica Extraterrestre en Garching (Alemania) y la Universidad de California, por la poderosa atracción que ejerce sobre las estrellas cercanas en la misma región del espacio, tirando de ellas a velocidades vertiginosas. El alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez recibieron en 2020 el Premio Nobel de Física por este hallazgo.
Hasta ahora, el comportamiento de los cuerpos alrededor de Sagitario A* ha sido la única forma de inferior su presencia. Tanto el grupo de Genzel como el de Ghez trazaron con precisión la órbita de una estrella en particular, S2, que logró la distancia más círculo a Sagitario A* en mayo de 2018 – menos de 20.000 millones de kilómetros (120 veces la distancia entre el Sol y la Tierra)-. El equipo liderado por Genzel descubrió que la luz emitida por la estrella cercana al agujero negro supermasivo se estiró a longitudes de onda más largas, un efecto conocido como desplazamiento gravitatorio, confirmando por primera vez la relatividad general de Einstein cerca de un agujero negro supermasivo. Desde principios de 2020, el equipo anunció que había visto el baile de S2 alrededor del agujero negro supermasivo, mostrando que su órbita tiene la forma de una roseta, un efecto llamado precesión de Schwarzschild que fue predicho por Einstein.
Los astrónomos también midieron las velocidades de cuatro estrellas distantes alrededor del agujero negro. El movimiento de las estrellas indica que la masa en el centro de la galaxia está compuesta casi en su totalidad por materia de Sagitario A*, dejando poco espacio para estrellas, otros agujeros negros, polvo y gas interestelar o materia oscura.
estructura circular
Normalmente, el agujero negro está tranquilo y produce miles de millones de veces menos energía que los agujeros negros gigantes de otras galaxias. El pasado febrero, un equipo científico encabezado por Ilje Cho, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), publicó un trabajo en el que señalaba que la estructura intrínseca de Sagitario A* est casi circular. Para concluir, los científicos utilizaron la técnica VLBI, que consiste en el uso sincronizado de números de radiotelescopio separados geográficamente, de modo que se crea un telescopio virtual a partir de la distancia entre los telescopios.