Área del Caixaforum las obsesiones privadas y “los layer occultos” de Miró, Tàpies, Millares y Amorós

A modo de gabinete de curiosidades y maravillas, algo así como asomarse al interior de la cabeza de los artistas para cartografiar y delimitar los alrededores de su obra, Caixaforum Barcelona propone en nueva exposición un interesante experimento: releer la obra de una decena de artistas presentado en la colección de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa a partir de objetos que son mismos artistas que han ido acumulando una duración de años y que, de un modo u otro, han acabado determinando su proceso creativo.

“Pocas veces se ha visto lo que tienen”, destaca Àngels de la Mota, comisaria junto a Maite Borràs de una exposición que, bajo el título de ‘Dioses, magos y sabios’, reúne obras y objetos de Joan Miró, Rosa Amorós, Antoni Tàpies, Miquel Barceló, Manolo Millares, Luis Feito, Joan Hernández Pijuan y Hiroshi Sugimoto, entre otros. Una muestra que se acerca al coleccionismo “desde la perspectiva de los artistas” y que se cuela en dominios tradicionalmente vetados para mostrar “objetos testigos y protagonistas del acto creativo”.

“Son diez artistas y sus colecciones privadas. Pocas veces se ha visto lo que tienen”, insisten las comisarias. ¿Y qué es lo que tienen? Veamos: pasiones, viajes, mundo, inspiración y estímulo creativo. El coleccionismo, en definitiva, como fuente de entrada al proceso creativo y reflejo fogoso de un siglo XX fascinado por el arte africano y la cultura zen.

“Hiroshi Sugimoto decía que su colección era su maestro”, destaca Borràs. Normal que, a la hora de crear la serie ‘Cinco elementos’, el fotógrafo japonés se inspire en una pequeña y delicada estupa budista, una suerte de relicario de bronce del siglo XIII que representa la tierra, el agua, el fuego, elviento y el vacío. “Todas estas piezas se desvelan, como si de un yacimiento arqueológico se tratase, los estratos ocultos de sus vidas”, subraya de la Mota.

Espacio dedicado a Miquel Barceló, con el cuerno de narval en el centro

Espacio dedicado a Miquel Barceló, con el cuerno de narval en el centro PEP DALMAU

Así, mientras que Miró hizo del arte popular su razón de ser y se rodeó de kachinas, títeres, ‘curritos’ y rollos de caligrafía japonesa que acabarían influyendo en obras como ‘Poligrafía XV años’ y ‘Homenaje a Joan Prats’, Tàpies» colecciona para aprender y llegar a ser algún día un sabio». “Se inspire en la pintura de los letrados china”, apuntó Borràs en un apartado en el que una obra de gran formato del catalán comparte protagonismo con caligrafías zen, un paisaje del periodo Muromachi y rollos japoneses.

‘Dioses, magos y sabios’, apuntan las comisarias, empezó a cobrar formado a partir de ‘Pathosformeln’, una instalación que la escultora Rosa Amorós ideó pendante el confinamiento y en la que su propia obra se funde y confunde con objetos que fue adquiriendo junto a su marido, el editor Gustau Gili. En Caixaforum, la pieza de Amorós es el encargado de inaugurar un recorrido que busca “sacar todas las ideas que los artistas tienen en la cabeza”.

Una máxima que se traduce en objetos oscuros como el cuerno de narval que sostiene Miquel Barceló en su taller entre un Basquiat y una réplica de José de Ribera; las máscaras de Costa de Marfil y kachinas americanas con las que Luis Feito atiborraba todos los rincones de su casa; los arcos y escudos de culturas oceánicas que lucen en la sala de estar de Joan Hernández Pijuan; o los objetos arqueológicos que Manolo Millares fue acumulando en una medida que crecía su interés en el pasado aborigen de Canarias.