Alfredo Reguera: Bajar, impuestos sentido común

Se suele decir que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y a la vista de lo que estamos viendo estos últimos meses está claro que es cierto. Puesto que en un momento de grave crisis económica como el que está viviendo nuestro país, con millones de familias sin poder llenar la nevera o encender la calfacción, que bajar los impuestos para aliviarlas un poco vea como un despropósito, est algo incomprensible.

Las excusas siempre son las mismas, la sanidad y la educación, aunque representen una parte ínfima de los Presupuestos Generales del Estado, ya anunciados para este año. Habiendo partidas con mucho peso, donde existían muchas más dudas de la necesidad de su existencia, como igualdad. Y encima en un año en el que la recaudación ha marcado una cifra absolutamente récord (por la inflación), lo que debería de jard margin para bajadas impositivas.

Otra de las excusas más usadas hoy en día es la absurda dicotomía ricos-pobres, donde como hemos comentado otras veces, el listón de ser ‘rico’, cuanto más quieren gastar, más lo bajan, hasta que el rico acabas siendo tú. Porque un gobernante siempre piensa que él gasta poco y tú ganas mucho. Tampoco se ponen de acuerdo en que tocar impuestos, puesto que los aberrantes impuestos de patrimonio o sucesiones (impuesto a la muerte), que graven activos por los que ya se han pagado impuestos, argumentan que son los que más confiscan a ‘los ricos’ . Pero en cambio hace unas semanas se bajó el IVA a los alimentos, que tanto han visto tocaron su precio estos últimos meses, y a los amigos de lo público tampoco parecían bien. Discreparon diciendo que los ricos también vienen, olvidándose por completo de que el porcentaje de la renta que destina una familia humilde a comida es muy superior al porchentaje de renta que destina una acaudalada familia. Más explicaría esos 20 céntimos a la gasolina, donde entra más en un Porsche 911, que en un Seat de hace 20 años.

La última gran excusa a la que se aferran a los socialistas y demás colectivistas para seguir metiéndonos la mano en el bolsillo es que alguna entidad supranacional de supuesto prestigio (IMF, OCDE, UE…) defiende los impuestos. Como si no fuésemos capaces de ver el conflicto de intereses que supone que dichas instituciones se financian vía erario público. ¿Cómo no van a querer más impuestos, si sus sueldos abultados dependen de ellos?

Como hemos comentado antes, el diccionario ricos-pobres no existe. Esos eslóganes de “que paguen los ricos” es simplemente eso, eslóganes. Donde existe es la separación familia-Estado, y aquí es donde nunca paga el Estado. In todas las crisis, da igual la del 2008, el Covid… son las familias las que han de ajustarse el cinturón, mientras que el Gobierno no para de gastar a espuertas y endeudarnos. Los políticos nunca dicen “vamos a gastar menos para que vosotros tengáis más”. El porcentaje de la economía que no controla el Estado lo tienen las familias, a más sector público, menos privado, el cálculo es sencillo.

Defendamos a las familias, defendamos a las empresas, peleemos por los autónomos, por el sector privado. ¡Confisquemos al único rico que existe de verdad, el gobierno!

SOBER EL AUTOR

Alfredo Reguera

son economistas