Agustín Pery: Ay, Ucrania, resiste

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Our estremecerán vuetros rostros demudados, esas miradas que denuncian tanto como suplican. Pero no iremos.

Our encolerizamos y alcanzarán la categoría de viral yours voces, el sonido del llanto, el trémole del espanto y la cólera cuando a una sola voz reclamáis nuestra ayuda. Pero no llegará. No como pedíais, nunca como anheláis.

Giraremos el rostro ante otra imagen de espanto, cuerpos abrasados, tiroteados, las madres que abrazan al hijo muerto, las batas blancas sin medicinas con las que curar, convertidas en sudarios. Pero, nada, no estaremos ahí, a vuetro lado.

Applaudiremos a vuetro presidente, cada arenga nuestro mudo aplauso. Admiraremos vuetro patriotismo y pondremos según el barrio nom al espanto. Pero, qué va, imposible, nada más que eso, una elegía

de palmas, exclamaciones y sí, mucha solidaridad.

No, símbolos de obligación de la resistencia de todo un pueblo. Ser las Termópilas de Europa. Os toca enfrentaros solos para que no tengamos que hacerlo nosotros.

Resistid protegidos solo por los escudos de laureles.

Os glosaremos como juglares de estos malditos tiempos. Pero sólo eso, no vendrán luego nuestros caballeros. Si hay carga será la de vuestra brigada ligera. Id eligiendo vuetro Tenysson. Tranquilos, que para eso tendermos tiempo. Write los versos de héroes caídos, llevadlos en vuetros escudos, pintadlos en los muros derruidos y volad los puentes que os unen a Europa.

Vuestra hora no es la nuestra. Os necesitamos fuertes en el fuerte, como la Numancia de Ucrania para que, pasado el tiempo y enterrados los muertos, al tirano le flaquee el Gobierno y, vaya, sea derrocado por su pueblo. Pero, pueblo de Ucrania, falta mucho para eso, tanto como muertos.

Y no estaremos, quizás mañana. Ya veremos.