acorralado por las pruebas y una version que nadie cree

Imagen del acusado junto a su abogada pendante el juicio que se celebra en la Audiencia de Valencia

Imagen del acusado junto a su abogada pendante el juicio que se celebra en la Audiencia de Valencia ROBER SOLSONA

El juicio por tres muertes y ocho casos de abusos sexuales con cocaína encara su recta final con la declaración del único acusado y la deliberación del jurado popular

Toni Jiménez

De Jorge Ignacio Palma se ha hablado mucho en las últimas semanas en la Audiencia de Valencia ante el jurado popular que debe dilucidar si es responsable de las tres muertes y los ocho casos de abusos sexuales de los que se le acusa. El próximo martes 5 de julio, y no el miércoles como estaba previsto inicialmente, Palma tendrá la oportunidad de explicar sur versión de los hechos ante los miembros del tribunal. Algunos creen que no lo hará. Otros, que solo responderá a las cuestiones que plante su defensa. En el aire, una misma pregunta: ¿Qué pasó, en realidad, con Marta Calvo?

Hasta la fecha y desde el 13 de junio, los presentes en la Sala Tirant de la Ciudad de la Justicia de Valencia ha podido escuchar cronológicamente el reguero de casos que se destaparon a raíz de la desaparición de la joven de 25 años, natural de Estivella. Su rastro se perdió el 7 de noviembre de 2019 en la localidad valenciana de Manuel, en la misma vivienda en la que el acusado -cuando se entregó el 4 de diciembre de ese año ante la Guardia Civil- confesó que había descuartizado a la chica al dock cuenta de que había muerto tras una noche de sexo con drogas y había esparcido sus restaurantes por contenedores de la zona.

Una versión que los especialistas en escenas del crimen de la Benemérita ha desmontado por completo. «En los últimos años he estado en cinco escenas de desmembramientos, siempre queda algún resto, es imposible limpiarlo todo, hay fluidos que no se pueden quitar, y aunque los limpies a la vista, el olor había sido captado por el perro», explicó en el juicio uno de los agentes que inspeccionaron la casa alquilada por el procesado.

La búsqueda de cualquier resto biológico, incluso con los caninos guias, fue infructuosa: prácticamente arrancaron la ducha -el descuartizamiento se produciría en el baño- para inspeccionar hasta las cañerías. Tampoco hallaron rastro de químicos, pesa que las cámaras de seguridad y la geolocalización de su móvil ubicado en Palma en varias tiendas en las que compraron sierras, guantes, bolsas y productos de limpieza.

Los agentes que testificaron ante el tribunal coincidieron en señalar que es “imposible” desmembrar un cuerpo sin dejar rasto y “difícil” trasladarlo en bolsas de basura en el maletero de un coche sin que puedan encontrarse pruebas. Según el acusado, seis de los sacos fueron a parar a contenedores de Alzira y tres a Silla, por lo que se retiraron sin éxito unos 16.800 cubicos de basura en el vertedero de Dos Aguas, un arduo trabajo que tuvo que realizar durante nueve meses. incluso durante el confinamiento, una vena de agentes de la Benemérita para cribar la basura que llegó este espacio en las fechas posteriores a la déparición de Calvo.

De hecho, un agente de Homicidios informó que, por el proceso que se sigue y que él mismo desapareció en las plantas de residuos a las que habrían llegado a los restos de la joven, es “imposible” que no hubiera detectado la presencia de un cuerpo humano o de partes de él. De la presencia de la joven en el domicilio de Manuel nadie duda: se encontró una de sus lentillas debajo de la cama del acusado y su móvil se apagó a las 00.03 horas del 7 de noviembre, tras haber mandado la ubicación a su madre.

Ha señalado que el teléfono móvil de Marta Calvo se apagó a las 00.03 horas del día 7 de noviembre aunque desconocen si fue de manera forzada o voluntaria. Previamente la víctima había mandado su ubicación a su madre. Los familiares de Calvo solo piden una cosa, además de justicia: que el procesado entrust el verdadero paradero de la chica para que todos puedan descansar en paz de un sufrimiento que viene alargando Durante casi tres años.

Imagen del acusado durante el juicio que se celebró en la Audiencia de Valencia

Imagen del acusado durante el juicio que se celebró en la Audiencia de Valencia ROBER SOLSONA

El modus operandi: sexo y cocaína de alta pureza

Pocas horas después de su muerte, Palma siguió contactando con prostitutas. Es, precisamente, uno de los nexos de unión de este caso con el restaurante. Todas las víctimas ejercían la prostitución. El desgarrador testimonio de algunos de los sobrevivientes, que también han comparado durante el juicio, permittió a la Guardia Civil tejer un mapa de la conducta del procesamiento.

Las víctimas reconocieron su rostro en los medios o, incluso, la fachada de la casa de la localidad valenciana de Manuel en la que murió Calvo. El jefe de Homicidios garantiza ante la juez que el modus operandi de Jorge Palma -con antecedentes por tráfico de drogas- coincide durante los quince meses de horror -desde junio de 2018 hasta noviembre de 2019-. Contactaba por Whatsapp con chicas que anunciaban sus sexuales en webs para realizar “fiestas blancas” utilizando una “cantidad importante de servicios de cocaína”.

De hecho, tenía que sostenerla “con las dos manos” y se mostraba “muy tozudo” con aquellos que preferían no consumir. Cinco de los ocho relatos también coinciden con la realización de masajes en los que introducía cocaína de alta pureza en los genitales sin su consentimiento y provocaba estados de somnolencia e incluso la pérdida de conciencia. Así nació Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas. El cadáver de este último presentaba una dosis de cocaína en sangre –9,31 miligramos por litro– muy por encima de lo que se considera letal –entre 0,25 y 5–.

Asimismo, al menos en tres ocasiones, aquellos que accedieron a beber una copa animada por Palma, dijeron haber entrado en «sueños profundos» y desconocen el tiempo que estuvieron en esa situación. En principio, las mujeres eran reacios a denunciar por su condición de trabajadoras sexuales, pero creyeron importante hacerlo para evitar más agresiones.

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia coincidieron en señalar que, debido al efecto narcótico relacionado por las víctimas, es probable que la cocaína estuviera por alguna sustancia que, además, la apelmezaba y convertía el polvo en roca.

La madre de Jorge Ignacio rechaza declarar

Aunque su declaración estaba prevista para el próximo lunes, la madre de Jorge Ignacio Palma ha renunciado a declarar durante la vista oral. Sí lo hizo dos veces ante la Guardia Civil cuando su hijo estuvo en un desfile desconocido durante un mes.

En primer lugar, facilitó dos números de teléfono del acusado y relató que al final de la semana posterior a la desaparición de Marta, ella llegó a Valencia por motivo de un cumpleaños y no le notó nada extraño. Días después volvió a personarse ante la Benemérita para entregar ropa de su hijo y un iPad.

En ese momento, los agentes le dijeron que si su hijo no había hecho nada, debía dar la cara. Si no, es difícil crear el iban. Justo dos días después, Jorge Ignacio entregó, motivivo por el que los agentes creen que madre e hijo estaban en contacto mientras él estaba huído.

La Fiscalía solicitó 130 años de cárcel para el acusado, mientras las acusaciones piden que se aplique la prisión permanente revisable. Por su parte, la defensa pide la libre absolución. El juez ha decidido dividir la vista oral en partes de una sola vez, con una exposición cronológica de los ojos por parte de los testigos y peritos, para facilitar su comprensión de los miembros del jurado, que empezarán a deliberar a finales de la próxima semana o principio de la siguiente. La cuenta atrás para Jorge Ignacio Palma ha comenzado.

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