“A mi hija la trataron sin humanidad”

The dijeron que la querían ingresar de nuevo “para quitársela de encima” y que su hija “solamente quería llamar la atención” con su actitud. Pese a las señales de alarma y los intentos por quitarse la vida, la psicóloga y la psiquiatra de Isabel nunca activaron el protocolo de prevención del suicidio que establece la Generalitat Valenciana para estos casos, según relatan los padres de la menor. “Nuestros sentimientos abandonados por la Administración”, proclamó el progenitor, Rafael Martínez, quien presentó una disputa por los imprudentes homicidas contra ambos terapeutas.

Esta sensación de desamparo -matiza-comenzó el año pasado cuando su hija entró a la consulta de una psicóloga de la Unidad de Salud Mental de Requena debido a problemas de ansiedad qu’rivaron en un cuadro de anorexia nerviosa. En la querella que presentó ante el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de dicha localidad valenciana, expone que este terapeuta rompe una “nula formación sobre la enfermedad, no haciendo uso de los recursos que tenía a su alcance” para atender a la joven.

“Ignoró cualquier información respecto a las ideas y actos suicidas de mi hija y rechazó toda ayuda externa, pues pensó que Isabel era una paciente heredada y que como sería ingresada en la Unidad de Trastornos del Comportamiento Alimentario (UTCA) solo requería terapias de seguimiento” , explicó.

Fue en noviembre de 2021 cuando la menor comenzó a autolesionarse infligiéndose cortes en los brazos y dando señales de presión extrema. «Se lo comunicamos a la doctora y se mostró indiferente ante el riesgo de la conducta suicida de Isabel», explica Rafael. Asimismo, la profesional apuntó como origen de la enfermedad su relación familiar, alegando “falta de figura paterna”, “sobreprotección” y “mal ambiente”. “Nos dijo que no sabíamos gestionar la adolescencia y que solo quería llamar la atención”, comentó el padre de la chica, quien explicó que el psicólogo “restaba importancia al grave estado de su hija, indicando que estaba en su peso cuando la anorexia es también una fermentación mental”.

Narra tampoco su padre que la misma terapeuta adoptó ninguna acción para activar el protocolo antisuicidio cuando le comunicó que su hija había sido descubierta consumiendo marihuana y que llegó a ingerir una vez pastillas de antidepresivos. Otros profesionales consultados por la familia que asesora sobre el peligro que corría de quitarse la vida, por lo que solicitó a dicha psicóloga que se pusiero en contacto con la Unidad de Prevención Comunitaria de Conductas Adictivas (UPCCA), donde llamó en una ocasión y no Volvió a insistir pesa sobre no obtener respuesta alguna.

“Los niños tienen que experimentar”

Paralelamente, los padres acudieron a una psiquiatra, contra la que también han presentado una pelea por reckless homicidal, quien, según detallan en la denuncia, se negó al internamiento de la menor después de un nuevo episodio de ingesta de medicamentos y consumo de estupefacientes alegando que “hay gente que se pone más de drogas y cubatas y no les pasa nada” y que “los niños tienen que experimentar”.

De acuerdo con el Plan de Prevención del Suicidio y Manejo de la Conducta Suicida de la Generalitat Valenciana, el consumo de estas sustancias “favorecen la impulsividad, la violencia y la desinhibición que pueden dar el valor necesario para realizar intentos de suicidio en algunas situaciones” . Sin embargo, la bronca tampoco reparó en ello en su parte médico emitida el 9 de mayo de 2022. su consultada.

Finalmente, tres días antes de suicidarse, Isabel volvió a vislumbrar con la terapeuta para pedirle ayuda porque “está peor de ánimos desde hace dos semanas, con muchos pensamientos de muerte y deseos de desaparecer”. Incluido, el detalle de un «plan suicida concreto» respecto a la ingesta de medicación. “Ha caído en un círculo vicioso de consumo de THC para evadir la voz interior que le insta a no comer. No tiene fuerzas para mejorar y solicitar ayuda”, manifiesta en el detalle de la cita médica.

“Su actitud siempre fue chulesca”

Al respecto, la querella presentada por los familiares especifica que la acusación de homicidio imprudente grave ante ambos terapeutas se basa en la omisión del deber de cuidado de que «se perpetró de manera tan grosera e inexcusable, tanto que es inconcebible que no se han adoptado medidas preventivas y el diagnostico necesario ante las señales de alarma tan claras y constantes”.

Ante esta situación, Rafael Martínez presentó una queja ante la Conselleria de Sanidad, mediante el Síndic de Greuges -equivalente al Defensor del Pueblo valenciano- por el trato recibido en la Unidad de Salud Mental de Requena en el tratamiento de la enfermedad diagnosticada de su hija . “No mostró jamás ningún tipo de empatía y su actitud siempre fue chulesca y restando importancia a los numerosos avisos de empeoramiento que tanto de nosotros como padres, como de profesionales externos que buscábamos”, detalla en la solicitud.

Imagen de Isabel, menor que se suicidó en Valencia

Imagen de Isabel, menor que se suicidó en Valencia ABC

Por otro lado, la Administración Sanitaria, a través de un escrito del director del Gabinete del Conseller, informó que el paciente “ha encontrado en seguimiento activo en salud mental con citas muy frecuentes, realizando un abordaje multidisciplinar, dentro del seguimiento intensivo plantado para este caso particular”.

Asimismo, manifestó la Generalitat que impulsó en marcha todos los recursos disponibles y que el contenido de las últimas entrevistas “no era previsible un intento autolítico planificado”, aunque reconoce que “sí existía una idea fluctuante de muerte como forma de evitar el malestar emocional » que estaba atravesando la joven. Por ello, el Síndic de Greuges ha solicitado a Sanidad que indique si finalmente ha incoado expediente disciplinario a los presuntos responsables de los hechos.

En cuyo caso, el consejero de Sanidad, Miguel Mínguez, ha confirmado este martes la apertura de una investigación judicial por un presunto caso de mala praxis en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Requena, tras la pelea presentada por la familia de Isabelle .

“La Administración nunca reconoció la importancia de las manifestaciones suicidas de mi hija e hizo caso omiso a peticiones”, asevera Rafael, quien apunta a que es “falso” cuando se dice que la menor “llevaba un seguimiento intensivo por su tendencia suicida, pues ni siquiera se le había diagnosticado”.

Del mismo modo, lamenta que tras la muerte de su hija no recibieron ningún tipo de apoyo profesional. “El trato que nos dieron las terapeutas ha sido para hacernos sentir culpables del estado de mi hija, ni siquiera nos dieron el pésame cuando nos vieron la primera vez”, recalca. Con el objetivo, de que algo así no vuelva a ocurrir, Rafael y su familia han abierto una petición de firmas en Charge.org para reclamar una unidad específica para pacientes con alteración de la conducta alimentaria, para la que actualmente soloexisten once camas en all de la Comunidad Valenciana. De momento, la iniciativa cuenta con un capital de más de 71.000 personas.