Escrivà planta que a les empreses els surti més car sotmetre's als sous que aportin a plans de pensions

Ante el anuncio como la negociación salarial es la más tensa de los últimos años entre empresarios y sindicatos a cuenta de las presiones inflacionistas y del mayor clima generado en el diálogo social por la enésima subida del Salario Mínimo a espaldas de la CEOE, el Ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha venido a agitar a poco más el escenario con la introducción de un elemento más en una ecuación y de por sí compleja.

El último borrador del anteproyecto de ley que regulará la configuración de los fondos de pensiones públicas incluye una nueva disposición en virtud de la cual se aligeran de cargos fiscales las contribuciones empresariales realizadas a

los planes de pensiones de empleo a modo de incentivo para hacer más atractivo a los ojos de los empresarios la dotación de este tipo de instrumentos de ahorro.

En concreto, la norma elaborada por Seguridad Social establece que estas aportaciones no se contabilicen (hasta un tope máximo) en la base de cotización de los trabajadores, lo que de utilizar se traduciría en un horro de costes para las empresas que ya aportan a planes de empleo y configuraría un nuevo panorama en la negociación salarial en que à ojos de las empresas resultaría más rentable abordar las mejores retributivas por esta vía que por el canal ordinario del incremento de la nómina anual.

En su versión inicial el medio tiene un alcance limitado, que las fuentes del sector del ahorro consultadas por ABC limitan a unos 301 euros anuales por trabajador, si bien fuentes empresariales confían en que el curso de la negociación sirva para establecer la exención total de estas Portaciones o como minimo a la fijacion de un tope bastante mas elevado.

Mejor tratamiento fiscal

Fuentes conocedoras de la negociación entre Gobierno y agentes sociales revelan que la medida ha sido incluida en el texto a propuesta de las organizaciones empresariales, que reivindica desde hace años el regreso al esquema fiscal que existía antes del año 2014, en el que las aportaciones empresariales un plan de pensiones de empleo se excluye al 100% de la base de cotización.

Este esquema asegura una venta comparativa a las aportaciones a planes de pensiones desde el punto de vista financiero y fiscal frente a otras soluciones retributivas ya sea en forma de pagos en efectivo o en forma más líquida. Mientras en una subida salarial ordinaria toda esa mejora refleja en la base de cotización, en el caso de las aportaciones a planes de pensiones estas no se incluirían en la base de cotización con el correspondiente ahorro para el empresario.

«Podría resultar atractivo para las empresas en la medida en que los permisos o bien reduzcan el costo de las subidas salariales ya pactadas, por la forma de abordar una parte de las mismas a través de deportaciones a planes de pensiones, o bien ofrecer por el mismo costo ya prevé una subida salarial algo mayor de la acordada, pero el tope establecido por el Gobierno hace que el incentivo se muy escaso y no vemos que vaya a ser eficaz”, aseguran fuentes del sector empresarial.

“Tiene todo el sentido porque se trata sencillamente de eliminar la penalización que actualmente tienen las aportaciones a planes de pensiones de empleo”, argumentó Gregorio Izquierdo, director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), que en un estudio del año 2018 solicitó la exclusión del cálculo de la base de cotización de los aportes de los empleadores a los planes de pensiones de sus empleados, “porque no tiene sentido que un pilar del sistema de Seguridad Social financie a otro a costa de soportar un sobrecoste” , replicó.

Fuentes del ámbito de la consulta advierten de que la medida también tiene su reverso oscuro. “No computar las aportaciones de la empresa a los planes de pensiones de empleo en la base de cotización del trabajador implica una reducción de su pensión pública futura, es necesario reducir la magnitud de su aportación al sistema y estamos en un sistema contributivo ”.

Desde Seguridad Social se marcará el debate bajo el argumento de que no se opinará sobre los documentos de trabajo. No es el único cambio que han introducido en su propuesta en busca de garantiezarse el apoyo de los agentes sociales. Este guiño a las empresas se compensa con otro a los trabajadores, a los que se permite en el nuevo texto ampliar sus aportaciones al plan de pensiones por encima de la contribución que haga la empresa, una opción que antes estaba restringida.

Asimismo, el último borrador presentado por Seguridad Social también reconfiguró la composición de la Comisión de Control de los fondos, el principal órgano de gestión de los mismos. Seguridad Social renuncia a garantizar una mayoría de control en el comité que pasa de los 9 componentes sobre un total de 17 que tenía en el documento original, un cinco sobre 13.

Según la plataforma de esquemas de retribución flexible Cobee, el plan de pensiones es el beneficio social más demandado por los empleados, aunque sólo es el quinto en el ránking de beneficios que orecen las empresas.