El Colegio de Registradores convoca al certamen literario “JUBILARE” · Noticias Jurídicas

Rubén M. Mateo.- La dramática situación durante la pandemia del coronavirus tiene un punto de manifestar las carencias del sistema residencial español. Apostar por nuevos modelos que hagan que las personas vivan en mejores condiciones y en el hogar fue uno de los temas tratados durante la jornada celebrada el pasado jueves 23 de marzo en el salón de actos del IMSERSO de Madrid. El encuentro, llamado “Nuevo modelo de Cuidados de Larga Duración: ¿Cómo mejorar la atención a las personas mayores con dependencia? ¿Está acabado el modelo residencial?» (cuya grabación íntegra puedes ver en este enlace) estuvo promovido por JUBILARE, el foro que el Colegio de Registradores ha puesto en marcha para superar el edadismo y combatir los prejuicios y estereotipos que acaban discriminando a las personas únicamente por razón de su edad.

Durante la presentación, la rectora de la Universidad de Mayores Experiencia Recíproca (UMER), Rosa Valdivia, registró que JUBILARE traslada con alegría y optimismo el hecho de que alcanzar la ancianidad es una alegría en sí. Asimismo, el presidente de la Comisión de Ayuda a la Discapacidad y Atención a Mayores del CORPME y miembro de la Comisión Ejecutiva de JUBILARE, Alberto Muñoz Calvo, afirmó que la jornada busca “promover soluciones y enfocar el tema de una forma constructiva y positiva” . Además, aprovechó para recordar el concurso literario que JUBILARE ha lanzado y que tiene por tema la persona mayor.

“La epidemia de coronavirus nos ha abierto los ojos porque utiliza un modelo de cuidados de larga duración que era mejorable. Sobre todo, el modelo residencial. Estamos empezando a pensar en nuevos modelos”, señaló José Augusto García, presidente de la SEGG y miembro de la Comisión Científica JUBILARE, que actuó como moderador de una mesa redonda en la que participó Pilar Rodríguez, presidenta de la Fundación Pilares, Jordi Amblás, directora de la Estrategia de Integración Sanitaria y Social en Cataluña y Laura Atarés, Coordinadora General del proyecto “Vivir mejor en casa” de la SEGG.

García puso encima de la mesa los datos de un observatorio europeo colgante de la pandemia para mostrar el porcentaje de personas que fallecieron por coronavirus en las residencias. Países como Canadá y Suecia registraron un 59% y un 47% de muertos en residencias respectivamente. España un 40%, aunque teniendo en cuenta que no había PCR, “estaríamos por encima del 50%”, matizó el moderador, que destacó el 39% de Dinamarca.

En España, a partir de 2008 creció el número de residencias, mientras que en Dinamarca bajó. Aunque el país tiene 43 camas por cada 100.000 habitantes, Dinamarca tiene 37,8. ¿Cómo hace eso Dinamarca? Se preguntó García, para explicar que el país nórdico dedica varias veces más presupuesto a cuidar a las personas con dependencia en el domicilio que en las residencias. “Cada vez hay menos personas viviendo en residencias y más en domicilios o en establecimientos más parecidos al hogar. His model that se centran más en las personas”, expuso el moderador, que citó una encuesta realizada a personas con dependencia tras la primera ola de coronavirus, en la que el 99% dijo que prefería vivir en el domicilio el final de sus días. “Los modelos que vienen a promover la autonomía de las personas mayores, potencian la comunidad y los servicios domiciliarios. Tienen en cuenta centros de día, viviendas habitables, sostenibles y con servicios. Residencias habrá que tener, pero solo las imprescindibles y muy adaptadas, con un trato diferenciado, más centrado en las personas”, concluyó García antes de dar paso a los ponentes.

Es necesario mejorar la atención que se brinda en las residencias

La realidad de las residencias no puede obviarse, solo hay 400.000 personas viviendo en ellas en España. Desde el fondo Pilares ha propuesto cambiar el modelo de atención, aunque como aclaró su presidenta, Pilar Rodríguez, esto no quiere decir que todas las residencias sean malas y que rechacen la idea de irse a vivir a una residencia si es necesario. Hay muchos casos de personas que no tienen hijos, o estos se encuentran viviendo fuera, no están en condiciones, no desean o no pueden cuidar de sus padres. Existen afecciones como la demencia que, avanzada la enfermedad, hacen imposible que las personas puedan vivir en el domicilio. Rodríguez puso el foco también en las familias cuidadoras, a menudo sobrecargadas por el cuidado y con grandes niveles de estrés y sufrimiento.

“El gran peso de los cuidados recae sobre las familias. Eso es lo que hay que cambiar. Apoyar a las familias para que puedan continuar en sus domicilios, ver las características de las viviendas para cambiarlas y mejorarlas y déarrollar una red de recursos comunitarios, los centros de día y los centros sociales”, subrayó la presidenta de Pilares, que destacó que, en el caso de cuidados importantes, la residencia es necesaria. Aunque reafirmó que debe ser una residencia centrada en las personas y que la variedad en la oferta residencial es clave.

Otro modelo de residencias es posible, sostuvo Rodríguez durante su presentación. Un primer paso para ello es trabajar en la formación de los equipos. Trabajar con los que dirigen los centros y los titulares “porque el liderazgo es esencial para cambiar el modelo”. Para trasladar lo que significa el nuevo modelo hay que saber hacer historias de vida. “Antes y ahora todavía, desgraciadamente, en muchos lugares, alguien entró en una y las personas que estaban allí cuidándole no sabían ni como se llamaba, ni de dónde venía, ni lo que había sido, ni son sus deseos, ni cómo les gusta vestirse, ni lo que le gusta hacer”, expuso la presidenta de Pilares, que subrayó que todo ello es lo que se cambia con el nuevo modelo.

“Se cambia a base de formación, empeño y trabajo. Decimos que no es hacer tareas: bañarla, cambiar el pañal, dar de comer… Es acompañar a la persona para que siga siendo ella misma. Para que ella sienta que se respete su dignidad, que se respete sus derechos, y eso se consiga conformación. También se transforma en el espacio físico para tener unidades pequeñas de convivencia donde viven diez o quince personas y se hace vida de familia”, agregó.

Atención integral, una prioridad

Por si un siglo se ha duplicado la esperanza de vida. Ello trae, además de los innumerables aspectos positivos, algunos nocivos —reversibles en muchos casos—. Se arrastran más patologías crónicas y enfermedades y se acumula más discapacidad. “Observamos que en menos de diez años se habrá doble el número de personas que tienen cuatro o más enfermedades. De alguna formada, en el 2060, en Cataluña habrá triplicado la población de más de 85 años. El coste de esto es de una magnitud extraordinaria”, expuso pendiente su intervención Jordi Amblás, director de la Estrategia de Integración Sanitaria y Social en dicha comunidad.

El ponente puso como ejemplo a Mercedes, “coleccionista” de enfermedades, que toma más de diez fármacos, tienen un grado de dependencia, vive en lugar no adaptado, está en una situación de soledad y además sufre una situación de cierto deterioro cognitivo. “Estamos dando respuesta a las necesidades de Mercedes desde la lógica de hace más de cincuenta años. Aquí hay cuestiones sanitarias y, además, realidades sociales. Y, cuando son muchas, le décimos que tiene una situación de complejidad. Pero la cuestión es que la complejidad es la respuesta que da el sistema a estas necesidades. Como sistema somos generadores de complejidad”, asegura Amblás, que se ofrece como solución la atención integrada, est decir que, desde una perspectiva fragmentada, se dédé “una respuesta armonizada para que suene la música de forma coherente a las necesidades de esta persona”.

“El OMS y tiene entre sus prioridades dar respuesta integrada a las necesidades de las personas. La Unión Europa ha decidido que esta es una política de primer nivel”, sostiene Amblás. Por ejemplo, en Cataluña responde a las necesidades de Mercedes, en algunos casos son competencias del departamento de salud (Sanidad), otras son competencias del departamento de derechos sociales, y la atención domiciliaria es competencia de los entes locales. “Tenemos que alinear las administraciones. Esto no es sencillo. En este caso de Cataluña hace más de treinta años que estamos intentando que esto se pueda. Y la verdad es que cada intendo ha valido la pena”, afirmó el ponente, que avanzó que en este 2023 se creará una agencia de atención social y sanitaria que tenga la capacidad de estas tres administraciones lineales. Mientras tanto, han priorizado la atención integral en ámbito domiciliario, en las residencias, en salud mental y en sistemas de información, y los resultados han sido mejores con este modelo.

¿Podemos evitar acabar viviendo en una residencia?

Con esta pregunta, Lara Atarés, coordinadora general del proyecto “Vivir mejor en casa” de la SEGG, inauguró su ponencia. La respuesta es que el proyecto de campo está en vías de poder demostrar que esto es posible si se cuenta con los recursos necesarios. Para ello, han emprendido dos iniciativas. La primera, desarrollada en Navarra, ofrece alternativas de poder volver a casa a personas que ya están viviendo en residencias, ya sea su propio domicilio con los apoyos necesarios oa alternativas de convivencia diferentes a la residencia. “Los resultados están siendo más que significativos”, subrayó Atarés. La otra iniciativa, desarrollada en Cataluña, está demostrando qu’intensificando las actuales del servicio de ayuda a domicilio qu’ya percibidas las personas con altas dosis de independencia puede o bien retrasar o bien evitar el llegar a vivir en una residencia.

“Queremos demostrar que es viable y sostenible vivir en una casa con los apoyos necesarios de gestión integrada a nivel sanitario y social. También conocer cuál es la voluntad de las personas que actualmente viven en las residencias y que manifiestan el querer vivir en la comunidad, en su casa o al menos en el ámbito comunitario”, expuso la coordinara del proyecto “Vivir better en casa”. Para ello, realicen valoraciones tanto en la persona cuidadora como en la persona con dependencia para conocer más acerca de su salud, grado de dependencia, fragilidad o si hay sobrecarga en el caso de las personas cuidadoras. Asimismo, habrá un seguimiento y apoyo para detectar riesgos y poder coordinar de manera efectiva la atención de manera precoz.

La formación también es un punto importante. Por ello, será totalmente adaptado a las personas cuidadoras con el fin de que les permita adaptarse a los problemas complejos diarios. Se trata de transformar el modelo de ayuda a domicilio para intendar que trabajen de la mano en cuidados compartidos la persona cuidadora no profesional y la persona cuidadora profesional con el objetivo de que hagan unas dinámicas más flexibles, con más autonomía, y que se genere a sinergia
“Se busca que sea un equipo de cuidados. Vamos a buscar ese cambio”, expuso Atarés, que revela que el eje central es intensificar las horas. “Vamos a portar de manera gratuita, sin copago, hasta 3.5 horas de ayuda a domicilio adicional a lo que ya tienen por su prestación por dependencia. Esto irá en función de sus necesidades. Esto permitirá comprobar si con esa intensificación permanente más tiempo la persona en su domicilio y si la sobrecarga del cuidador es menor”, ​​expuso la coordinadora del proyecto “Vivir mejor en casa”, que también dijo que se han hecho valoraciones a todas las personas de las residencias implícitas para conocer su voluntad. “Hay personas que no tienen otra opción y que si hubieran tenido recursos no hubieran acabado en residencia”, aseguró Atarés. La intención del proyecto es generar evidencia para que pueda replicarse en más territorios.

La sesión resultó ser una interesante y animada vuelta de sorpresas por parte de los asistentes que se encontraban en la sala.

La próxima cita JUBILARE será el 20 de abril.

Puede acceder a la grabación completa del webinar en este enlace.