የአልቤርቶ ቬላስኮ ፍቅር, ሞት እና ትንሣኤ

Aquí está de nuevo ‘Sweet Dreams’, con su confesión despiadada, sus sueños que se rompen delante de los espectadores y toda su galería de fracasos personales. Tan pop como conceptual, mezclando el monólogo, la danza, el humor y la autoparodia, Alberto Velasco escenifica ese malestar millennials de vivir siempre en la cuerda floja de una vida que no pudo ser noble, ni bella ni sagrada. En el retablo autobiográfico tiene tanto de ritual como de ajuste de cuentas, por eso ‘Sweet Dreams’ es una obra en la que Alberto Velasco se ríe de sí mismo, se padece, de compadece y se autoaflicciona.

Lo suyo es una vida de pasión, de muertes cotidianas y de intentos de resurrección, no lejana a la figura de ese Agnus Dei, siempre dispuesto al sacrificio, con el que se arropa en la primera escena; o de ese nazareno, de ese penitente de sus sentimientos y de sus amores fallidos. Delante del micrófono o cocinando un plato a base de sus propios traumas, mediante ese juego de luces y sombras, Alberto Velasco se despelleja vivo para tratar de preguntarse cuándo se jodió Alberto Velasco, que camino hay entre el bebé que fue y el clown de hoy que busca amar y se encuentra solo.

Con toda la lucidez, ‘Sweet Dreams’ es una obra seriamente humorística, con ese humor que nace de las tragedias que se viven apasionadamente y que se comunican buscando la empatía de los corazones sentados en las butacas. No teme al exceso sino que lo reivindica, no oculta nada porque quiere darnos un ejercicio de la verdad, del cuerpo que danza para liberarse. Porque no otra cosa es este espectáculo que un acto de catarsis, que un intento de transgredir la crisis y el amor perdido saliendo a la búsqueda de la felicidad, sea esta lo que sea, un momento de tregua tal vez.

Desde que se estrenó, ‘Sweet Dreams’ no ha dejado de cosechar un éxito continuo, a pesar de que tiene las imperfecciones propias de una confesión hecha en carne viva, y que, por ello, es extraña, bella, verdadera, escrita con esa valentía del que no teme sacar los demonios del alma y buscar la curación.